¿Se fabricaron las vacunas COVID-19 para "autodifundirlas" a personas no vacunadas?
(La universidad) Johns Hopkins promocionó las vacunas que se autodifunden en 2018 y Pfizer mencionó sus posibles riesgos durante los ensayos de la vacuna COVID
Documentos de Pfizer, Johns Hopkins y otros discuten la posibilidad de que las vacunas COVID-19 se "autopropaguen" a personas no vacunadas que entren en contacto con una persona recientemente vacunada.
Vea el último informe especial de Infowars sobre la diseminación de vacunas a continuación:
De hecho, un informe de 2018 realizado por el Centro de Seguridad Sanitaria de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins dejó entrever la idea de utilizar este tipo de vacunas para propagarlas intencionadamente a otras personas con el fin de protegerlas (?) contra la enfermedad.
En la sección "Vacunas de autodifusión", el documento de Johns Hopkins afirma: "Las vacunas de autodifusión están diseñadas genéticamente para moverse a través de las poblaciones como las enfermedades transmisibles, pero en lugar de causar enfermedades, confieren protección (?). La idea es que se pueda vacunar a un pequeño número de individuos de una población objetivo, y que la cepa de la vacuna circule entonces en la población de forma similar a un virus patógeno, dando lugar a una inmunidad rápida y generalizada".
El documento admite que la aplicación de las vacunas de autodifusión conllevaría desafíos, como el "consentimiento informado" y las contraindicaciones potencialmente mortales.
"Los retos éticos y normativos que rodean el consentimiento informado y la prevención y el seguimiento de los acontecimientos adversos serían desafíos críticos para la aplicación de este enfoque, incluso en un caso extremo", afirma el documento.
El informe del Johns Hopkins también señalaba: "Existe un riesgo no despreciable de que el virus de la vacuna vuelva a ser de tipo salvaje, como ha ocurrido a veces con la vacuna oral contra la poliomielitis."
Un estudio de Pfizer sobre la seguridad de la vacuna COVID-19, controlado con placebo, describe de forma similar la posibilidad de que la inyección cause efectos adversos en personas en estrecho contacto con individuos recientemente vacunados.
Sin embargo, en el estudio de Pfizer se habla de la autodifusión como una posibilidad no intencionada que podría causar daños.
En la sección "Exposición ocupacional", el estudio de Pfizer explica: "Una exposición ocupacional ocurre cuando una persona recibe un contacto directo no planificado con la intervención del estudio (uno de los que prueban la vacuna), que puede o no llevar a la aparición de un EA. Dichas personas pueden incluir a los proveedores de atención médica, a los miembros de la familia y a otras funciones que intervienen en la atención del participante en el ensayo."
La "intervención del estudio" a la que se hace referencia es una persona que ha recibido recientemente la vacuna COVID-19 de Pfizer como parte del estudio, y un "EA" es un acontecimiento adverso o una mala reacción.
El documento advierte, en una sección llamada "Exposición durante el embarazo", que si "un miembro femenino de la familia o un proveedor de atención sanitaria informa de que está embarazada después de haber estado expuesta a la intervención del estudio por inhalación o contacto con la piel", la exposición debe notificarse en un plazo de 24 horas.
Otra forma en la que alguien podría estar expuesto es si "Un participante masculino que está recibiendo o ha interrumpido la intervención del estudio expone a su pareja femenina antes o alrededor del momento de la concepción."
Pfizer incluso describió un escenario en el que "Un miembro masculino de la familia o un proveedor de atención médica que haya estado expuesto a la intervención del estudio por inhalación o contacto con la piel exponga entonces a su pareja femenina antes de o alrededor del momento de la concepción".
Un artículo de septiembre de 2020 escrito por el investigador postdoctoral Guy Reeves y la Dra. Filippa Lentzos, una destacada científica social de Noruega, se titulaba sarcásticamente: "Los científicos están trabajando en vacunas que se propagan como una enfermedad. ¿Qué podría salir mal?".
En el artículo, Lentzos plantea la siguiente pregunta: "¿Y si en lugar de orquestar campañas complicadas y que requieren muchos recursos para vacunar a los seres humanos contra enfermedades infecciosas emergentes como la COVID-19, pudiéramos detener las enfermedades zoonóticas que a veces saltan de los animales a las personas en su origen?"
"Un pequeño pero creciente número de científicos cree que es posible explotar las propiedades de autopropagación de los virus y utilizarlos para propagar la inmunidad en lugar de la enfermedad", escribió Lentzos.
Dice que los científicos llevan experimentando con estas vacunas autopropagables desde hace al menos 20 años y que la investigación ha llamado la atención del ejército estadounidense.
Según Lentzos, las vacunas autopropagables tienen su origen en los esfuerzos de despoblación destinados a eliminar las plagas.
"Investigadores australianos describieron una inmunocontracepción de propagación viral, que secuestraba el sistema inmunitario de los animales infectados -en este caso una especie de ratón no autóctona de Australia- y les impedía fecundar a las crías", explica el artículo.
A continuación, el artículo presenta los posibles usos nefastos de las vacunas que se propagan por sí mismas, por ejemplo: "Se podrían crear desencadenantes en un virus que provoquen fallos en el sistema inmunitario de las personas o los animales infectados, un poco como hace el VIH de forma natural. O se podrían crear desencadenantes en un virus que provoquen una respuesta autoinmune dañina, en la que el cuerpo empiece a atacar sus propias células y tejidos sanos"
Una de las razones por las que los militares están interesados en esta tecnología es que podría utilizarse para crear una peligrosa arma biológica.
Un ejemplo de ello es una vacuna contra la fertilidad humana, una idea que surgió en el Proyecto Costa de Sudáfrica.
Ahora, decenas de miles de mujeres de todo el mundo están informando de ciclos menstruales anormales, abortos y otros problemas de salud después de estar cerca de individuos recientemente vacunados.
¿Es esto una señal de que las actuales vacunas COVID-19 se están propagando y causando eventos adversos en la población no vacunada, y si es así, fue intencional o accidental?
El ex vicepresidente y director científico de Pfizer, el Dr. Michael Yeadon, dijo recientemente que cree que las vacunas "se utilizarán para la despoblación masiva"."Mi opinión es que es totalmente posible que esto se utilice para la despoblación masiva", dijo.
En declaraciones al reportero de LifeSite News Patrick Delaney, Yeadon dijo: "Si quisieras introducir una característica que pudiera ser dañina e incluso letal, e incluso podrías afinarla para decir: 'pongamos algún gen que provoque lesiones en el hígado durante un periodo de nueve meses', o, que provoque el fallo de tus riñones pero no hasta que te encuentres con este tipo de organismo [eso sería muy posible]. La biotecnología te proporciona formas ilimitadas, francamente, de herir o matar a miles de millones de personas".
Una mujer llamada Leila Centner en Miami, Florida, cofundó una escuela privada que fue noticia a nivel nacional esta semana por decir a los profesores recientemente vacunados contra el COVID-19 que se mantuvieran alejados de los alumnos porque "podrían transmitirles algo".
La historia llegó a oídos de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, cuando el periodista de la CBS Ed O'keefe pidió el comentario de la administración Biden sobre la situación.
Psaki regurgitó algunos temas de conversación y dijo que las vacunas se hacen "para mantener a los niños seguros, mantener a los padres seguros, mantener a los maestros seguros."
Para resumir lo que realmente está pasando con toda esta situación de la vacuna COVID-19, mira este clip de The Alex Jones Show donde se explica el complejo ataque biológico a la humanidad:
VIDEO INGLÉS: