Ni BXVI "permitió" la misa romana ni Francisco puede "prohibirla"



En Traditionis Custodes, Francisco ha emitido una orden cuando la autoridad papal se deshace y la Iglesia se encuentra en una etapa ingobernable, señala el autor alemán Martin Mosebach -que hoy cumple 70 años- en FirstThings.com (30 de julio).

Francisco abandona principios tan anunciados como la "escucha", la "ternura" y la "misericordia", pero Mosebach sugiere que la "vehemencia" de Traditionis Custodes sugiere "que esta directiva ha llegado demasiado tarde".

Los católicos que se resisten "no permitirán que su futuro se vea oscurecido por ideologías obsoletas", cree Mosebach, y añade que no ha sido bueno, ni prudente, poner a prueba la autoridad papal.

Recuerda que Summorum Pontificum no "permite" la misa romana ni concede un privilegio, sino que declara "que la celebración de la misa antigua no necesita ningún permiso", ya que "nunca ha sido prohibida porque nunca podría serlo".

Mosebach llama a esto "un límite fijo e insuperable a la autoridad de un papa", explicando que la Misa antigua "está como cuestión de principio más allá del poder de prohibición del papa."

Su conclusión: Después del 16 de julio de 2021 "todo sacerdote tiene el derecho moral de celebrar el Rito Antiguo" que nunca fue prohibido y no puede serlo.


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