Carbonia 28bis-07-2021
Esta Humanidad busca protección en estas vacunas que, en cambio, no son más que venenos.
María Santísima dice:
Aquí estoy, he venido entre vosotros, os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Mis benditos hijos, ¡adelante con fuerza! Tened fe en mi Hijo Jesucristo, tened amor los unos por los otros, sed un solo corazón, una sola alma.
El tiempo que se avecina es un tiempo feroz, pero quien permanezca del lado del Señor será protegido por Él.
Hoy vengo a comunicaros un acontecimiento especial, hijos míos, vengo a daros el anuncio de que pronto Jesús estará en medio de vosotros, ...lo veréis en Carne y Huesos, lo tocaréis como Tomás, lo conoceréis cuando pongáis el dedo en su Carne.
Hijos míos, ¡la hora terrible está llegando a esta Tierra! Se avecina una feroz batalla contra el enemigo infernal que, desatado, intenta destruir todo lo que pertenece a Cristo Jesús, especialmente a sus hijos, que le son tan queridos.
Su Corazón sigue goteando sangre por la situación que prevalece sobre esta Humanidad ahora perdida en manos del enemigo infernal, una Humanidad que, privada de Dios, de su Escudo, va hacia la muerte eterna. El hombre se ha engañado a sí mismo pensando que puede hacer grandes cosas por sí mismo.
Esta Humanidad busca protección en estas vacunas que en cambio son venenos, un veneno mortal, hijos míos. No hay antídoto para estas vacunas, no son vacunas hijos míos, son vuestra destrucción, vuestra muerte.
Hoy el Señor os dice de todo corazón: Para vosotros que habéis sido puestos a prueba, ...para vosotros que habéis sido castigados, suplicad la curación mediante la oración, suplicad a Jesús, su Misericordia, para que este veneno se detenga de alguna manera. Pero se necesita una gran fe, una fe que mueva montañas, un gran amor de verdad por vuestro Señor Cristo y una gran sumisión a Él. Renunciando a todo lo que hay en el mundo que os aleja de vuestro Dios amoroso, entregando vuestra misma vida por vuestra salvación para que entréis en la vida eterna, en un mundo nuevo que el Señor Jesucristo os abrirá pronto con todo su amor, ... donde os dará todo su Bien.
Jesús dice: No os preocupéis por lo que os depara el mañana, hijos míos, porque yo soy el Dios Eterno del Amor, soy el Creador, os lo daré todo nuevo, ...os haré felices para siempre.
No renunciéis a la salvación de vuestra alma, no renunciéis a la salvación eterna, Dios está con vosotros, hijos míos, Dios os ama infinitamente y quiere llevaros a sí mismo, quiere haceros disfrutar de un mundo celestial, un mundo nuevo, hecho sólo de cosas buenas.
Su Universo os espera, todo se dará a conocer a vuestros ojos, todo será hermoso cuando habitéis en Él y miréis las cosas del Universo a través de sus ojos.
¡Adelante! Como siempre, os dejo con la Virgen en esta bendita colina que amo de manera especial, donde pronto manifestaré mi grandeza.
Venid, hijos míos, aquí todo debe renovarse, todo debe brillar. Dios debe entrar en este lugar y debe poner sus pies en esta tierra.
Os abrazo a todos mis hijos y os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén de
María Santísima dice:
Alabado sea Jesucristo. Alabado sea por siempre.
Alabado sea Jesucristo. Alabado sea por siempre
Alabado sea Jesucristo. Alabado sea por siempre
Así aclama vuestra Madre Celestial y aclamad así vosotros también.
En todo momento, escúchalo.
Leed el Santo Evangelio hijos míos, el Santo Evangelio es la Palabra de Jesús, las Sagradas Escrituras son vuestra enseñanza. Tomad ejemplo de lo que vuestros antepasados predijeron para estos tiempos, no cometáis los mismos errores que los antiguos, sino haced caso del anuncio de los profetas y vivid vuestra vida según la Ley de Dios y no de los hombres. Amén