Haced muchas comuniones espirituales



Vivid en la Luz

Agosto 28/07 


Jesús dice:
La oración es el medio por el cual vuestro corazón se une a mi Sagrado Corazón en el amor y en la intimidad de dos enamorados en el que entrelazando las miradas se une el cielo con la tierra, la Divinidad con el hombre.

Que vuestras oraciones sean coloquios espirituales de amor buscando siempre contentar al amado, trayendo el regalo del arrepentimiento y de la pureza del corazón. Bajad a vuestro corazón y purificadlo con el incienso del perdón, clamando al cielo misericordia de vuestros pecados y perfumándolo con la fragancia exquisita de la confesión. Vivid en la luz, para que seáis estrellas multidimensionales en la tierra, presentándome vuestra historia personal y la de vuestros hermanos, para Yo proveerlos en el amor que trasciende todos los espacios de vuestra alma y así plenificaros de mi paz, paz que supura de mi Divino Corazón; venid y bebedla para calmaros en vuestra desolación.

Acercaos a Mí con infinita confianza, convencidos que os escucho y os ayudo en vuestras dificultades que son mis dificultades cuando os entregáis sin reservas al Amor.

“Pedid y se os dará, buscad y hallaréis” consigna que debéis practicar en vuestra cotidianidad, porque aún en los momentos más borrascosos de vuestras vidas Yo estoy ahí, esperando escuchar el eco de vuestra voz para ir pronto a vendar vuestras heridas y sanarlas con el bálsamo de mi perdón.

Orad meditando en mi Palabra, Palabra que os ha sido dada para ser vivida, reflexionada y ser guardada en el corazón, conservándola como una joya de gran valor; cada vez que vosotros abráis el libro Santo y allí donde fijéis vuestra mirada, Yo os hablo pero, pedid la luz del Espíritu Santo y discernid desde su luz el mensaje que os transmito.

Unid vuestra oración a la oración universal del Oficio Divino haciendo de él alimento diario para vuestro espíritu; familiarizaos con él hasta convertirlo en el compañero inseparable de vuestro caminar oracional. Orad lentamente y desde el corazón, el Santo Rosario meditando en sus misterios, que no os sorprenda la oscuridad de la noche sin obsequiar a la maestra espiritual de vuestras vidas, un ramillete de rosas de vivos colores. Engalanad a la doncella celestial ofreciéndole rosas espirituales que se os abrirán en vuestros corazones emperfumados de exquisitos aromas.

Recibid mi Cuerpo y mi Divina Sangre diariamente y cuando vuestros deberes no os lo permitan, haced muchas comuniones espirituales para ir llenando el copón de plata que en el día y la hora señalada por el cielo, vuestro Santo Ángel de la guarda me presentará como una ofrenda de vuestro amor.

Orad también con la Alabanza del cielo diciendo:

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios de los Ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de la majestad de vuestra gloria. Repetid jaculatorias que unan vuestro corazón a mi Divino Corazón.


EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN 

Agustín del Divino Corazón