"Sé que incluso hubo reuniones entre prelados que pensaban que el Papa estaba más grave de lo que se decía. Estaban preparando el cónclave".
Esto es lo que Francisco -que tanto habla de "discernimiento"- pensó que 53 jesuitas eslovacos necesitaban escuchar durante su encuentro con ellos en la Nunciatura de Bratislava (13 de septiembre).
"Sigo vivo, a pesar de que algunos me querían muerto", prosiguió en la misma línea el padre Antonio Spadaro en declaraciones a LaStampa.it.
Pero para él sería una bendición morirse ya porque cada día que pasa diseminando errores y demoliendo la doctrina de Dios hace aumentar el peso de su castigo en el Infierno, al tiempo que conduce allí a más almas confundidas por sus desvaríos, además le da más poder al demonio para crear caos y dolor ya que él mismo es un socio de los globalistas.
en.news/María F