El decreto obliga a todos los empleados a recibir el "pase verde" de la vacuna, lo que llevó a preguntarse qué pasaría con los millones de italianos que siguen sin vacunarse.
El gobierno intenta evitar posibles acciones legales indicando a las empresas que no despidan a los no vacunados, sino que simplemente no les paguen, al tiempo que indica a los empleados que no se presenten a trabajar bajo la amenaza de ser multados si lo hacen.
"En su lugar, se debería considerar que están en una ausencia injustificada y retenerles el sueldo o los salarios", escribe Ken Macon.
"Aquellos que sean descubiertos trabajando sin pasaporte vacunal podrían ser sancionados con multas de hasta 1.500 euros. Además, el gobierno ha dicho que no se hará cargo de los costes de las pruebas para aquellos que prefieran no vacunarse".
Incluso aquellos que hayan tenido el virus, se hayan recuperado y hayan desarrollado anticuerpos tendrán que recibir al menos una dosis de la vacuna, presumiblemente como muestra de cumplimiento.
El 1 de septiembre, Italia amplió su sistema de pasaporte vacunal a las escuelas y universidades.
A los profesores se les dijo que se enfrentaban al despido si no se vacunaban y a los estudiantes se les obligó a hacerlo para poder asistir a clase.
También se prohibió a los no vacunados utilizar el transporte público de larga distancia, lo que significa que las vacaciones, los viajes de trabajo y las visitas a familiares se han convertido en algo imposible para muchos.
Lugares como museos, estadios, teatros, gimnasios y espacios interiores de bares y restaurantes exigen la identificación de la vacuna y los negocios pueden ser multados con miles de euros por no aplicar las normas.
El "pase verde" en Italia también rastrea la ubicación de una persona, lo que pone de relieve una vez más que se trata de un documento de identidad digital
https://summit.news/2021/09/24/italy-orders-companies-not-to-pay-unvaccinated-workers/