El Vaticano se ha preparado para el Sínodo sobre la Sinodalidad "escuchando a todo el mundo", especialmente a aquellos "que están en las periferias existenciales", dijo el cardenal progay Grech, secretario general del Sínodo, a LaVie.fr (11 de septiembre).
En realidad, el Vaticano está desesperado por estar con la corriente dominante, no con las "periferias".
Grech tiene un concepto nihilista del Sínodo: "No necesitamos ponernos de acuerdo en las palabras, sólo necesitamos reunirnos". El Sínodo no va a "confrontar opiniones y puntos de vista", explica Grech, sino que es un "diálogo" para compartir "lo que sentimos" que dice el Espíritu Santo en nosotros.
Preguntado sobre si los católicos están preparados para un Sínodo después de las desavenencias que Francisco provocó con la Traditionis Custodes y Amoris Laetitia, Grech saca la varita mágica: "¡Realmente creo que la sinodalidad es "la" respuesta a todas las dificultades que acaba de destacar!"
Insiste en que "todos hemos recibido el poder del Espíritu Santo para hablar" pero "los obispos" son [= deberían ser] los "auténticos guardianes", "intérpretes" y "testigos de la fe".
Después de tanta verborrea, Grech prevé un mal final: "Si no creemos que el Espíritu Santo soplará, el sínodo será un fracaso".
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