Como Padre, vengo a despertar vuestros corazones




Carbonia 20 de abril de 2019

Esta Humanidad está perdiendo su naturaleza humana.

Benditos seáis todos los que me escucháis y me seguís.

Os doy mi palabra, hijos míos, escuchadla. Alimentaos de la Palabra de Dios.

Hijos de Jerusalén, estad preparados, en estado de gracia, porque ahora, mi intervención será grande en toda la Tierra.

Mis amados, vuestro Dios-Amor viene a suscitar en vosotros un nuevo corazón, un corazón lleno de amor y caridad, mostraos de acuerdo conmigo, no tengáis miedo de defender la Verdad porque sólo a través de la Verdad seréis salvados.

La Tierra está a punto de vomitar todo su dolor, causado por vuestra maldad.

¡Una lluvia de pájaros caerá como el granizo! ¡Cuidado! Esta Humanidad está perdiendo su naturaleza humana, está abandonando la vida, está rozando la muerte eterna.

Como Dios y como Padre, vengo a despertar vuestros corazones, vengo a daros otra oportunidad de levantaros, de pedir perdón por todas vuestras malas acciones.

Cuidado, hijos míos, los lobos vienen disfrazados de corderos, pero su corazón es negro como la brea.

Acogedme en vuestros corazones, levantaos del fango y corred a la Fuente de la Salvación; purificaos, hijos míos, convertíos, porque ha llegado el momento de elegir: o conmigo o contra mí.

Satanás ha tomado vuestros corazones, los ha convertido en corazones de piedra, estáis dejando que os roben lo más preciado: ...¡vuestra alma!

¡Os habéis ensuciado con el pecado hasta la médula!

Os habéis despojado de las cosas de Dios llenándoos de iniquidad.

Sin mí no podéis hacer nada, oh hombres.

¿Qué ventaja tiene para vosotros elegir las cosas de este mundo y perder la vida eterna? ¿Qué ventaja, hijitos?

¡Qué miseria en vosotros!

No habéis entendido nada de Mí, de Mi Amor por vosotros, de Mi donación total para vuestra salvación. Yo soy la Verdad, el Único Camino a la salvación, no soy una ilusión, ¡soy vuestro Dios Creador! No sigáis a la serpiente maldita que os llevará con ella al infierno, arrepentíos rápidamente.

Hijos míos, habéis perdido el camino de la Vida, habéis tomado el camino de la Muerte. ¿Queréis entender que todo acaba en esta Tierra?

¿Que no os llevaréis nada?

¿Que vuestra alma arderá en el infierno si no tenéis el valor de decir basta a esta vida de miseria en Satanás?

Dejad que la voz del Dios vivo reine en vuestros corazones, abridlos a la Vida. No seáis hipócritas, oh hombres. Pronto el Cielo se manifestará en su terrible Justicia, que no os pille desprevenidos no sea que os encontréis en las llamas eternas.

Ha llegado la hora de elevar vuestros corazones a Mí, a vuestro Dios Creador.

Ha llegado la hora de que os arrepintáis, hijitos; por tanto, dejad el mundo y volved a la Vida. ¡Amén!

Dios Padre.


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