Carbonia 26 de noviembre de 2016
El Padre me envía de nuevo a la Tierra, ¡para la salvación definitiva de la humanidad!
Estoy a las puertas de vuestros corazones, esperadme con alegría porque vengo a traeros los dones del Espíritu Santo.
¡Con vosotros en la medida del amor infinito!
Amigos míos, hijos del Amor, he aquí que estoy una vez más con vosotros, en medio de vosotros, para anunciaros mi Santo Evangelio en mi glorioso retorno.
El Padre me envía una vez más a la Tierra, para la salvación final de la humanidad.
Amigos míos, amados hijos del Resucitado, vuestro Dios vuelve a vosotros con el Amor y la Verdad, viene a llevaros consigo, a entregaros en las Manos del Padre.
Con todo el Cielo, descenderé con Poder y Gloria, y el mundo verá Mi grandeza.
¡Abriré los Cielos y os mostraré Mi maravilloso Todo!
Os llenaréis de Mi Amor, entraréis en Mi seno y habitaréis eternamente en Mí: Yo, en el Padre y en el Espíritu Santo, os abrazaré en Mí y viviréis gozosos por la eternidad.
Hijos míos, como Padre y como Dios vengo a anunciaros el fin de estos tiempos de pecado.
Os llevaré a Mí mismo y los nuevos moradores habitarán en Mí mismo, y en Mi maravilloso mundo celestial seréis eternos en Mí mismo; habitaréis en Mí mismo, Mi Todo, y disfrutaréis de todas las cosas que he preparado para cada hijo de Dios, para todos aquellos hijos que se han postrado a la voluntad de su Dios-Amor, su Dios-Creador.
Por eso, volved vuestra mirada hacia Mí, levantad vuestros ojos hacia Mí, mostradme vuestro corazón en pureza y esperad la hora que no tardará en llegar a vosotros en la magnificencia de Mi Amor.
Ángeles míos, vosotros que aclamáis mi Santo Nombre y deseáis ardientemente, dentro de vuestros corazones, mi regreso, he aquí que os digo, en verdad os digo: estoy a las puertas de vuestros corazones, esperadme con alegría, porque vengo a traeros los dones del Espíritu Santo.
Llenos de mí, seréis santos en mí y, en vuestra nueva vida, os alegraréis para siempre.
La felicidad pertenece a los hijos de Dios.
El Universo está dispuesto a reunir en sí mismo a cada una de Mis criaturas para hacerles disfrutar de Mi infinita Belleza. Por lo tanto, marcaos en Mí, seguidme a Mí y sólo a Mí, el Único y Verdadero Dios, el Amor Eterno.
¡Esta Navidad es Santa en mí!
¡Conmigo experimentarás la alegría de una nueva vida!
Seréis catapultados a la dimensión del Amor infinito y veréis, con los ojos de vuestro corazón, Mi infinito Bien en vosotros.
Esta es la verdad infinita; no os dejéis engañar por las luces del mundo; poned en vosotros el verdadero sentido de la Navidad, porque ¡YO SOY VUESTRA NAVIDAD!
Os quiero, os abrazo y os bendigo.
Sed santos, hijos míos, alimentados por Mí, en la pureza de vuestros corazones, ¡venid a cantarme vuestro amor!