El siervo del Anticristo tiene prisa por concluir sus planes

 

 

Carbonia 19 de marzo de 2018

Sacerdotes de todo el mundo, uníos contra las blasfemias del adversario, tomad vosotros las riendas de la Iglesia y reparad allí donde ha entrado la mentira.

Vuestro Dios no tiene más que una palabra, y es eterna.

Gracia y misericordia para vosotros, oh hijos de la Luz.

He aquí que mi tiempo ha llegado, las horas están marcadas en mi venida.

Dedicad tiempo a la oración y honradme en mi Santo Altar.

Ayunad de las cosas del mundo, todas las cosas son pasajeras, Yo os daré Mis maravillas, las maravillas que saciarán vuestra alma.

Preparaos, oh hombres, mi intervención está en momentos, tan pronto como la abominación sea declarada en la Casa de Dios, ¡he aquí que todo se desatará en un Infierno!

Tened cuidado, oh hombres, prestad atención a la Palabra de Dios.

Mi amada esposa, tu Dios te dice: la señal del Hijo del Hombre es inminente. El amor interviene para acoger a sus elegidos en sí mismo y llevarlos a donde fluye la leche y la miel.

El adversario está en su manifestación maldita, pero su máscara caerá y los hombres comprenderán el horror. El siervo del anticristo está en acción, tiene prisa por concluir sus planes porque ya está encontrando la resistencia de Mis hijos fieles, todos aquellos que, abriendo los ojos, ven el desmoronamiento de la Iglesia de Dios.

¡Escribe mi Amor, mi bendita hija, anuncia a mi pueblo que todo es inminente! El Sol está en ti, oh mujer, mi aliento está en ti.

Escribe, escribe a mi amado pueblo, oh mujer:

Hijos míos, mañana estaréis en las maravillas de vuestro Dios, así que id sin miedo a su Casa y esperad su divina intervención.

- ¡La tormenta se acerca!

- El Cielo está a punto de descender en ayuda de su Iglesia. - ¡Mi Santo Evangelio será predicado sin fin!

Triste será el tiempo para aquel que no ha creído en Mí, el Dios del Amor, y se ha entregado al jolgorio de la vida.

Ordeno a cada uno de Mis hijos que me sirvan, que se abandonen completamente a Mi Palabra, que respeten la Ley de Dios, Sus Mandamientos.

Que ningún hombre sea desobediente a los mandatos de su Dios Creador, para que no descienda sobre él la muerte.

Satanás ya está festejando en muchos corazones alejados del Amor, vive y se alimenta de su vida, los está arrastrando a la muerte eterna.

Cread para vosotros un corazón puro, oh hombres, vuestro tiempo ha terminado en esta tierra de los muertos; he aquí que vengo a abriros nuevos cielos y una nueva tierra, donde todo estará en la alegría infinita de Mi Amor.

El hombre, obediente a su Dios Creador, entrará en Mi Todo.

¡Escuchad

¡No escuchéis las mentiras!

No os dejéis engañar por los falsos profetas.

Vuestro Dios sólo tiene una palabra, y es eterna. La Palabra de Dios no sufrirá ningún cambio.

No escuchéis a los mentirosos, pronto os daréis cuenta de que están muertos, porque se han vuelto contra Mí, su Dios-Amor; se han dejado encantar por el siervo de Satanás que les ha ungido con poder.

Aaahhh!!! ¡Que mayor mentira, hijos míos! Vosotros, que conocéis mi poder, os habéis engañado pensando que podéis luchar contra mí por una autoridad que nunca tendréis.

He aquí que vengo a purificar la Tierra, y todo lo que no me pertenece será barrido junto con los traidores del Templo.

Se os ha advertido, se os ha puesto en situación de entender, pero habéis preferido despreciar a Mis profetas, los verdaderos, los que Yo mismo os he enviado en estos últimos tiempos.

¿Quién sois vosotros para juzgar si (lo que dicen) es o no verdad, si no prestáis la más mínima atención al estudio de cada caso?

Estáis en desobediencia a la Verdadera Iglesia de Dios, no encontraréis refugio en Él, cuando todos entren en la desesperación y la muerte.

¡Mi Iglesia me traiciona! Mis hijos huyen, tienen miedo de hablar para no perder sus puestos, pero, en verdad, os digo: estáis perdiendo la vida.

Llamo a Mis pastores hacia Mí: sacerdotes de todo el mundo, uníos contra las blasfemias del adversario, tomad las riendas de la Iglesia y reparad donde ha entrado la mentira.

Estamos ahora en el momento de los momentos, Mi último grito es este: salvad a mi Iglesia, salvad vuestras vidas como creyentes.

Venid, todo se oscurece, mi grito está a punto de atravesar todos los corazones. ¡Amén!


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