Gracias por abrirnos los ojos



Hoy, estoy agradecido a Bergoglio. Realmente lo estoy.

He leído sobre su última bravuconada climática, y su velada amenaza de infierno a todas aquellas personas sensatas que no se creen ninguna de sus tonterías. He tenido una sensación de esperanza y euforia.

La absoluta estupidez de este hombre, su arrogancia, su grosería, su total falta de Sensus Catholicus y de, en realidad, sentido común, debe abrir más los ojos cada día. Todos los días, algún católico distraído del Vaticano II debe llegar al punto de desechar a este hombre (como un ruido de fondo que apagamos automáticamente al principio) y comenzar una reflexión seria, "¿qué diablos está diciendo este tipo?"Por supuesto, se necesitan muchas acrobacias de Francisco para que el tipo medio llegue a ese punto, pero estoy seguro de que cada día son más los que abren los ojos.

¡Oh, maravillosa obra de la Providencia! ¡Cuántas gracias derrama Dios sobre nosotros cada día, precisamente a través de este malvado instrumento de Satanás! ¡Qué rica en ironía es la obra de Dios!

Dios convierte todo mal en algo bueno. Los reprobados se condenarán de todos modos por su propia voluntad. Esta herramienta grosera y estúpida, exactamente con su propios méritos, hará involuntariamente la obra de Dios, incluso mientras despotrica y trata de propagar su mundana y desviada pseudo doctrina. Muchos electos están saliendo de su letargo y abriendo los ojos justamente por el circo que ven frente a sus ojos.

La próxima vez que este individuo aparezca en los titulares con alguna tontería, les recomiendo que tomen aire, tomen distancia, miren los acontecimientos desde la perspectiva que acabo de describir, y sigan con su vida con una sonrisa irónica de satisfacción.

Francisco sólo puede dar un poco de cuerda a los que quieren ahorcarse. Dios se encargará de que no se pierda ni uno de los elegidos.

Ponte la nariz roja, Francisco.

Haznos reír.


Mundabor