El mundo se hunde, porque faltan sacerdotes santos



Mensajes de Nuestro Señor 
Jesucristo a sus Hijos Los Predilectos. 

("A Mis Sacerdotes" de Concepción Cabrera de Armida)


LIX

QUIERE JESÚS UNA REACCIÓN EN LOS SACERDOTES ACTUALES 



Quiero una reacción poderosa en los sacerdotes actuales, y para esta reacción le he ofrecido en estas Confidencias, poderosos medios para su perfecta transformación en Mí. Les ha dado mi bondad un impulso santo, he iluminado su camino y enardecido sus corazones haciéndoles patente mi infinito amor y predilecciones sin nombre.

Y aun para darme futuros sacerdotes santos según el ideal que persigo, los sacerdotes presentes deben formar ese ideal en sí mismos; deben perfeccionarse más y más en su transformación en Mí, ahondar los puntos de intimidad Conmigo, de recogimiento y oración, de pureza de alma y de mortificación, de hijos perfectos de María, ser otros Jesús en la tierra, formar en la unidad un solo Jesús Salvador Conmigo. 

Así, Yo en ellos y ellos en Mí, glorificamos al Padre en una sola alabanza, y con las almas formaremos una sola unidad perfecta en la Iglesia que debe honrar a la Trinidad. 

Ya toda la Trinidad se goza viendo presente esa unidad, esa transformación de todos los sacerdotes en el Sacerdote por excelencia, único digno de ofrecerse al Padre, de glorificar al Padre; pero todos los sacerdotes en Él deben formar ese UNO con Él que es el fin del cristianismo, del Evangelio, de la misión divina que me trajo al mundo: unificar todas las cosas en el UNO en esencia; traer lo divino de las almas a lo divino; volver a Dios lo que es de Dios; todo lo demás es secundario, es medio para llegar a este fin. 

Todas las almas deben formar esa comunidad; pero, ¡Cuánto más los sacerdotes, unos Conmigo y destinados a formar un solo Cuerpo en Cristo, una sola alma en el Espíritu Santo! 

Nadie se puede dar cuenta de las fibras que toquen estas Confidencias amorosas de Jesús; nadie puede medir el bien que harán; porque no son palabras que pasan, sino palabras con virtud, operativas en los corazones, palabras que penetran, convierten y transforman; porque no son humanas, sino nacidas del amor y brotadas del infinito amor. 

…Resonarán estas palabras en muchas almas de sacerdotes que, activarán su perfección y transformación en Mí y me darán gloria. 

…Que oren por los sacerdotes, que se sacrifiquen por ellos en mi unión; y por este medio, con María, se apresurará la realización de mis deseos en mis sacerdotes y en mi Iglesia. 

El mundo se hunde, porque faltan sacerdotes santos que lo detengan; las almas se pierden por falta de sacerdotes transformados en Mí que les salven; la Iglesia necesita de este impulso regenerador y espiritualizador que la sostenga, porque la ola furibunda de la sensualidad y malas doctrinas pugna por materializar a las almas y arrancarlas de su seno. 

Llora la Iglesia la pérdida de muchos de sus hijos arrastrados por la corriente impetuosa del infierno; y solo los sacerdotes santos, los sacerdotes Yo, los sacerdotes Jesús, unos Conmigo, podrán hacer frente a ese mundo de vicios y desenfrenadas pasiones que apartan los rebaños de la Iglesia y de sus Pastores. 

Yo he prometido ayudar a esta reacción y volver al mundo en mis sacerdotes, para luchar cuerpo a cuerpo con el infierno y volver a triunfar con la Cruz, con mi Corazón, con el Espíritu Santo y con María. 

Pero necesito obreros santos, transformados en Mí, instrumentos dóciles en mis manos, corazones dispuestos a mi Voluntad, almas de fuego que, sin respetos humanos y con el Evangelio y el amor en el pecho, levanten muy en alto mi estandarte, que es el de la Cruz salvadora, y restauren todo, y alcancen a unir los corazones en la unidad de la Trinidad”.