(…) De hecho, los alimentos que comen los niños no sólo afectan a su cuerpo, sino que también son clave para su salud cognitiva. Ahora, una nueva investigación revela que, en el caso de los niños en edad escolar, los refrescos azucarados podrían estar perjudicando su función cerebral.
Es especialmente importante limitar los refrescos azucarados, porque estos efectos sobre la función cognitiva no se limitan al corto plazo. Una investigación realizada a principios de este año revela que beber demasiados refrescos en la infancia también puede pasar factura a la mente de los niños más adelante, perjudicando su memoria en la edad adulta.
En el estudio, publicado en la revista Nutrients, los investigadores examinaron a unos 6.400 niños de entre 6 y 12 años y les preguntaron con qué frecuencia consumían bebidas azucaradas y cuántas bebían. Compararon estas respuestas con el rendimiento de los niños en pruebas de función ejecutiva. Un mayor consumo de bebidas azucaradas se relacionó con un peor rendimiento en estas evaluaciones.
La función ejecutiva tiene que ver con algo más que, por ejemplo, lo bien que le irá a tu hijo en el examen de ortografía. Por supuesto, las pruebas miden las habilidades cognitivas, como la memoria de trabajo y la capacidad de organización, pero también incluyen mediciones de la capacidad de los niños para controlar sus emociones y supervisar sus comportamientos. Así que, básicamente, cuando se trata de la función ejecutiva, se puede ver el impacto en la escuela y en casa.
¡"Esto sirve como un excelente recordatorio para los padres de que los refrescos, las bebidas energéticas y los zumos no deberían ser las principales bebidas que se ofrecen en casa o que se ponen a disposición de los niños", dice Michelle Babb, El agua debería ser la bebida elegida.
Si vas a optar por algo más dulce, Babb recomienda diluir el zumo de fruta 100% puro para que sea un 70% de agua y un 30% de zumo, u optar por un batido casero con frutas y verduras frescas.