Exorcizando los demonios de la televisión


 Diario del Exorcista #175 


Nuestro Equipo ha exorcizado varias casas, rectorías, escuelas y edificios de iglesias.  Uno de los miembros del Equipo que está presente suele ser un espiritual dotado de sensibilidad.  Estas personas a menudo pueden decirnos dónde se encuentran los demonios, qué tipo de espíritus malignos son, y tal vez cuándo son expulsados.  

Invariablemente, los demonios se concentrarán en áreas donde se han producido comportamientos pecaminosos, y especialmente ocultos.  Por ejemplo, encontramos demonios en lugares conocidos de sexo ilícito.  Encontramos un demonio en la oficina de un practicante de Reiki.  Una persona poseída tenía varios en su espacio de trabajo.  Lo peor fue una zona donde se habían realizado rituales ocultos y se habían desfigurado estatuas religiosas: ¡estaba totalmente infestada!  

Después de hacer estos exorcismos de lugar durante algunos años, noté un patrón.  En los lugares donde había televisores, siempre observaba un demonio en el sillón principal frente al televisor.  A veces conocía a los individuos que vivían en ese lugar y no creo que la mayoría de ellos estuvieran viendo pornografía o material explícitamente pecaminoso.  ¿Por qué entonces había casi invariablemente un demonio en ese lugar?

Al reflexionar, lo que vemos en nuestras pantallas hoy en día, y lo que la sociedad considera "normal", es a menudo sexualmente excitante y lleno de violencia.  Lo que se consideraba censurable hace sólo unas décadas, ahora se considera aceptable para ver a diario.  Puede que nuestra sociedad no considere este material como una apertura al mal, ¡pero aparentemente los demonios sí!  

Ver este tipo de material probablemente no resultará en que alguien sea poseído, pero invitará a los demonios a la casa de uno.  Y cuanto más fuerte sea la presencia de los demonios, más caos, conflicto y tentaciones sembrarán.  La presencia constante de demonios frente a los televisores debería hacernos más conscientes y vigilantes de lo que vemos.  Hay algunos programas buenos en la televisión, pero hay muchos otros que no lo son.  

En lugar de abrir la puerta a los demonios viendo programas tan degradantes, ¿por qué no rezar en nuestros salones el rosario familiar diario?  Así, invitamos a nuestros hogares a la Santísima Virgen y a sus hermosos ángeles.  


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