bergoglio adultera el Miércoles de Ceniza


¿Por qué Francisco pide dedicar el Miércoles de Ceniza al ayuno y oración por Ucrania? ¿Es para sustituir este día clave (sólo hay dos al año en los que se nos pide ayuno y abstinencia) de reparación por los pecados propios y de la humanidad, por un fin bueno, pero alejado de su sentido penitencial? 

Recordemos que bergoglio no sólo ha ninguneado el Decálogo y a los que lo siguen tildándolos de rígidos en más de una ocasión sino que hace lo mismo con el pecado. También ha declarado que `el Infierno no existe, sólo la aniquilación de las almas´ (Scalfari); y en Amoris L: `Nadie puede ser condenado para siempre porque esa no es la lógica del Evangelio´ etc, y que la salvación será para todos:`Todos nos encontraremos allá arriba, todos´. 

¿No podría haber escogido otra fecha, y no ésta tan conmemorativa que nos introduce en la Cuaresma? Es un modo de aguar la realidad de que `somos polvo y al polvo volveremos´, de rebajar la importancia de la vida de la gracia para ganar la eternidad, de quitar relevancia a los pecados, pecados que causaron la tortura infinita y muerte de todo un Dios. Las guerras pueden ser o no justas, pero el pecado es siempre pecado y puede condenar a un alma para siempre.

Esta declaración bergogliana es una forma de mundanizar sibilinamente la Cuaresma, envolverla en un buenismo sin transcendencia sobrenatural, declaración que podría ser enarbolada por cualquier gobernante ateo simplemente para quedar bien.

Desde la `plandemia´ a principios de la Cuaresma de 2020, la Iglesia ha abandonado el mensaje tradicional y verdadero de esta época en favor de un evangelio solidario y simplificado que pretende la salud corporal por encima de cualquier otra consideración, olvidando que la Iglesia fue fundada para salvar a las almas del Infierno. 

bergoglio ha querido convencer al mundo de que la falsa vacuna era un acto de amor y un deber moral secundando la vil propaganda de farmacéuticas e intereses globalistas, desde la Sede petrina y algunos púlpitos. Se han multiplicado las comuniones en la mano -profanatorias de partículas- y las mascarillas que dificultan la participación en Misa y hasta la respiración, por no hablar de otras ridiculeces como la distancia social, al tiempo que se permitía en el transporte público, aviones etc viajar a un palmo del vecino sin ningún problema. 

El Vaticano es responsable no sólo de los fallecidos que han seguido sus consejos vacunales sino del mal espiritual fomentado a raíz del cierre de iglesias logrando apartar a los fieles de los Sacramentos, debilitando su fe hasta alejar definitivamente a los menos fuertes.

En caso de que alguien haya olvidado el mensaje de la Cuaresma, es: arrepiéntete (confiésate de tus pecados mortales) y cree en el Evangelio.


María Ferraz