Carbonia 7 de septiembre de 2016
El pueblo fiel llora, espera el regreso de Jesús, el Hijo de Dios.
Como Madre de la Iglesia, vengo a traer ayuda.
Estoy con mi Hijo Jesús, estoy con San Miguel Arcángel.
El cielo desciende con un amor ardiente para traer el amor y la paz; desciende para poner las cosas en orden, para limpiar toda la suciedad causada por el pecado.
Amados hijos, con amor vengo a deciros que todos sois agradables a Mis ojos.
El Santo Padre, el Dios Todopoderoso, pronto intervendrá con Su Basta. ¡Su mano está en su justicia!
¡Él vendrá a poner fin a todo lo que no le pertenece!
Siento que vuestros pequeños corazones vibran de alegría, siento cada uno de vuestros respiros, permaneced en paz, no tengáis miedo de lo que ahora se desatará sobre la Tierra, porque reinará la oscuridad, y habrá llanto y crujir de dientes.
Con Mi Corazón doloroso vengo a unirme a vosotros, Mis pequeños hijos, vengo a traeros las gracias del Cielo, vengo a apoyaros en esta batalla que ahora se desatará con fuerza contra la Iglesia.
y así mandar en sus leyes a esta Humanidad ya perdida.
Seréis sometidos a una dura prueba, oh hombres.
Aunque ahora no creáis en estos mensajes, tendréis que creerlos cuando tengáis todo ante vuestros ojos, que estarán aterrorizados por todo lo que va a ocurrir.
Seréis catapultados de repente a la batalla del infierno, y no encontraréis refugio si estáis lejos de Aquel que os creó.
El pueblo fiel llora, espera el regreso de Jesús, el Hijo de Dios.
El Padre declara su inminente venida, su intervención en este momento tan fuerte en manos del enemigo infernal.
La Iglesia está despojada de las vestiduras de santidad, está cubierta de lujuria, el pecado está dentro de ella, los ministros de la Iglesia se han entregado al hombre inicuo, han ensuciado sus vestiduras manchándolas con la sangre de sus hermanos.
En su traición a Dios, arrastran a los que ya no escuchan la Palabra de Dios sino los rumores del mundo.
Las persecuciones comenzarán pronto, el viaje en este planeta está al final, pronto Mi Corazón Inmaculado triunfará con todos Mis hijos y será el día más hermoso para ellos.
Os advierto a todos vosotros, Mis amados hijos, a los que no queréis abrirme vuestros corazones: he aquí que vuestro Dios no tardará en intervenir con Su Justicia, y quien no se encuentre en Él será rechazado por Él.
Llora mi Corazón Materno y lloran mis hijos, los que se han entregado por vuestra salvación; lloran porque no habéis respondido a su sacrificio, porque en vuestra soberbia habéis seguido el camino de la perdición y de la muerte eterna.
Salvaos, mis queridos. Mi llanto es grande como grande es el dolor de vuestro Padre, de Aquel que os ha creado para que seáis todos suyos.
El viento de la muerte vendrá de repente y arrasará con todo, estate atento y preparado porque nadie sabrá que ha llegado su día.
Así que poneos en la dirección de la salvación hoy, no esperéis a mañana, ha llegado el momento de poner todo en orden.
Os quiero, hijos míos, respondedme pronto, estoy de vuestra parte y quiero salvaros a todos, dejaos salvar.
Con vosotros, con amor y dolor.
Vuestra Madre Dolorosa María, Madre de Jesús y vuestra Madre.