24/03/2022
Queridos hijos, el veneno está en el árbol y no en el fruto.
La moneda del rey no liberará a su súbdito.
Doblad vuestras rodillas en oración por la Iglesia de Mi Jesús.
Buscad fuerzas en la Eucaristía, pues solamente así podréis alcanzar la victoria.
El espejo está borroso y el misterio continúa.
Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad.
Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más.
Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.
Interpretaciones posibles:
El veneno significa la maldad, el fruto, la consagración aparentemente buena a los ojos de los hombres pero no a los de Dios que se pregunta porqué un hombre malvado que pertenece a Satanás ha querido dar al mundo católico una satisfacción además de hacerse pasar por pacificador mundial. (…) el falso papa no pretende más que eso, dar una imagen muy distinta de lo que verdaderamente es, y de a quién sirve, pues no sirve a Dios sino al demonio. La consagración que debió ser hecha hace muchos años, ha sido retrasada por los pontífices de manera que ahora ya ha sido invalidada porque los frutos que se pretendían ya han sido arrasados y el mal ha tomado posesión de los países en parte a través de sus gobernantes. El fruto u objetivo era bueno según el mundo pero Dios no lo aceptó porque procede de un árbol maldito.
En cuanto al rey (bergoglio) y su moneda (la oración de petición a la Virgen), no tendrá validez para comprar la paz ya que la paz viene de Dios y de las almas que están en Dios por la gracia. Perseguir el final de la guerra no era el objetivo principal de Fatima sino la salvación de las almas de la humanidad. Entonces, sin conversión no hay salvación eterna pero tampoco se detendrá la maldad que domina el mundo ya que el pecado abre la puerta a satanás y a su influjo que es odio, destrucción y perdición eterna de las almas.
El espejo da una imagen, BXVI es el papa, la imagen borrosa es bergoglio que no es papa, seguirá este misterio (de los dos papas, uno real y otro falso) hasta que Dios diga basta.
María Ferraz
Mensaje de Anguera