El móvil y el Wi-Fi producen demencia —Estudio



Hace tiempo que se sospecha que las radiaciones de los teléfonos móviles tienen efectos negativos en el organismo, y especialmente en el cerebro.

Ahora, un nuevo estudio, publicado en Current Alzheimer Research, ha demostrado una preocupante relación entre la exposición a la radiación de los teléfonos móviles y el Alzheimer. También están implicadas otras formas de radiación, como el wi-fi.

El estudio sugiere que una exposición excesiva provoca un aumento de los niveles de calcio intracelular en el cerebro, una característica clave de la enfermedad de Alzheimer. Esta aterradora enfermedad afecta a unos seis millones de estadounidenses en la actualidad y algunas estimaciones sugieren que esa cifra se triplicará en 2050.

Radiación de los teléfonos móviles y Alzheimer: nuevas y preocupantes investigaciones

Se cree que la exposición a la radiación de los teléfonos móviles y al wi-fi activa los canales de calcio activados por voltaje (VGCC). Estos canales se encargan de regular los niveles de calcio intracelular.

Cuando las frecuencias electromagnéticas (CEM) activan estos canales, el calcio puede acumularse rápidamente en el cerebro, afectándolo negativamente y posiblemente adelantando la aparición del Alzheimer.

En los últimos años, los investigadores descubrieron cambios específicos del Alzheimer en el cerebro de ratas expuestas a pulsos de CEM. Los cambios negativos se produjeron en el hipocampo, una región del cerebro a la que se sabe que afecta el Alzheimer.

"Los CEM actúan a través de picos de fuerzas eléctricas y magnéticas que varían en el tiempo en una escala temporal de nanosegundos", explica el autor del estudio y profesor de la Universidad Estatal de Washington, Martin L. Pall, en un comunicado de prensa.

Estos picos crecen significativamente con cada aumento de la modulación del pulso procedente de los teléfonos inteligentes, los contadores inteligentes e incluso el radar de los vehículos de autoconducción.

"Cualquiera de ellos puede producir la última pesadilla: la enfermedad de Alzheimer de aparición extremadamente temprana".

Pall señala que tanto los estudios genéticos como los farmacológicos en humanos han mostrado una asociación entre el aumento de la actividad del VGCC y un número creciente de casos de Alzheimer.

Doce informes recientes sobre la exposición laboral a los CEM mostraron que los trabajadores cercanos a estas radiaciones presentaban, por lo general, mayores tasas de Alzheimer que sus compañeros. Aunque los cambios relacionados con el Alzheimer en el cerebro pueden comenzar 25 años antes de que aparezcan los síntomas reales, estos estudios también mostraron que la exposición a los CEM puede acortar el periodo de aparición.

Además, la edad media a la que los médicos diagnostican el Alzheimer también ha disminuido en las dos últimas décadas. Pall señala que esto ha coincidido con el crecimiento masivo de la tecnología de comunicación inalámbrica en todo el mundo. Estudios recientes han detectado incluso a personas de tan sólo 30 o 40 años que padecen la enfermedad.

Algunos investigadores temen que personas muy jóvenes que se enfrentan a una exposición constante a la radiación de los teléfonos móviles y el Wi-Fi durante varias horas al día puedan acabar padeciendo "demencia digital".

Un informe de 2008 descubrió que dos horas de exposición diaria a la radiación de estaciones base de telefonía móvil de baja intensidad provocaban una "neurodegeneración masiva" en el cerebro de ratas jóvenes. Un tercio de las ratas murió en el plazo de un mes.

Radiación de telefonía móvil y Alzheimer: ¿qué sigue?

El profesor Pall reclama ahora más investigación, centrada en tres temas concretos.

En primer lugar, los científicos necesitan más datos sobre las resonancias magnéticas que muestran anomalías en los jóvenes que presentan signos de "demencia digital".

En segundo lugar, es necesario evaluar la exposición a los CEM de cualquier persona de entre 30 y 40 años que reciba un diagnóstico de Alzheimer de inicio temprano. Estas evaluaciones deben comparar su exposición a los niveles de radiación de teléfonos móviles, torres de telefonía celular, Wi-Fi, medidores inteligentes y electricidad sucia, con los niveles normales.

Por último, Pall cree que debería haber más exámenes de personas que viven cerca de antenas de celulares pequeños durante más de un año.

"Los resultados de cada uno de estos estudios deberían compartirse con el público en general", dice Pall, "para que todos puedan tomar las medidas necesarias para reducir la incidencia de la enfermedad de Alzheimer de aparición temprana".


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