El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, excluye a la famosa presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, de la comunión en su archidiócesis, ya que ella vive en esta ciudad.
En una declaración del 20 de mayo, Cordileone cita extensamente a Francisco afirmando la enseñanza de la Iglesia de que el aborto es un grave mal moral. [Sin embargo, Francisco también ha recibido a Pelosi cariñosamente o a Emma Bonino, otra abortista, alabándola como una de las grandes de Italia y al mismo Biden, un rabioso partidario del asesinato de los no nacidos, es más, bergoglio le tildó de buen católico y le animó a comulgar (sacrílegamente)].
Cordileone ha luchado con este tema durante muchos años.
Ha intentado acercarse a Pelosi y cambiar su postura, pero su "posición sobre el aborto sólo se ha vuelto más extrema a lo largo de los años, especialmente en los últimos meses".
Su ejemplo: A principios de este mes Pelosi se presentó como "católica devota" mientras justificaba el aborto: "Me dicen: 'Nancy Pelosi cree que sabe más sobre tener bebés que el Papa'. Sí, lo creo".
Tras numerosos intentos de hablar con ella, Cordileone ha determinado finalmente que Pelosi "no será admitida a la Sagrada Comunión a menos que y hasta que repudie públicamente su apoyo al "derecho" al aborto y se confiese y reciba la absolución por su cooperación en este mal en el sacramento de la Penitencia."
La medida de Cordileone se produjo cuando Pelosi ha ampliado los llamamientos para proteger o financiar a nivel federal el acceso al aborto, en medio de la expectativa generalizada de que el Tribunal Supremo anulará pronto el caso Roe v. Wade.