Carbonia 16 de septiembre de 2016
Con la ayuda del falso profeta, Satanás se apodera cada vez más de mis hijos y los reduce a la miseria.
¡Estáis a dos pasos del Aviso! Todo está a punto de cambiar.
En mi infinita misericordia vengo. Mirad mis hijos, miradme.
Amados hijos de la Luz, vuestro Dios os ama y viene a salvaros, poneos el traje más hermoso, uno de fiesta, pues (ésta) grande será.
Moved vuestros corazones hacia el Altísimo, revestíos de luz y de amor, no seáis tenebrosos sino luminosos, porque todo este veneno que Satanás escupe sobre la Tierra está a punto de terminar, ¡tendréis paz y alegría para siempre!
La Iglesia terrenal ha caído en manos del enemigo, su manto cambiará de aspecto y su corazón será negro como el que se apodera de ella.
Con la ayuda del falso profeta, Satanás se apodera cada vez más de mis hijos y los reduce a la miseria.
Rezad, hijos míos, porque la hora se tiñe de rojo, el viento del horror está a punto de atenazar a esta humanidad, que ya está en su ocaso.
Hijos míos, todavía no queréis elevar vuestros corazones hacia Mí, no queréis ver lo que ocurre a vuestro alrededor, estáis ciegos, y en vuestra ceguera queréis permanecer. Satanás se apodera de vosotros y envenena vuestro corazón, habéis dicho no a vuestro Dios Amor para servirle a él!
¡Aaahh qué dolor! Esta generación es peor que todas las que la han precedido.
Los hombres se han convertido en esclavos del diablo, ya no tienen nada que pueda complacerme, son tan fríos y oscuros como el dios que han elegido para sí mismos.
¡Aaahhh! Hijos del diablo, ¡cuál será vuestro destino en sus manos! ¡Aaahhh! ¡Qué condenación está marcada en vosotros!
No puedo sino llorar por vuestra pérdida, pues ya no me respondéis, me negáis y blasfemáis, pero este orgullo vuestro se ha convertido en vuestra sentencia de muerte.
¡Estás a dos pasos del Aviso! Todo está a punto de cambiar.
Dios Padre.