¡Mi Iglesia duerme! —Carbonia




Carbonia 28 de junio de 2017

¡Mi Iglesia está dormida!

Querida y amada hija, el mundo se está moviendo contra Mí, los hombres están viviendo según la ley del hombre y no la ley de Dios.
Tened piedad de vosotros mismos, oh hombres, arrepentíos rápidamente, cambiad vuestro modo de vida, convertíos a vuestro Dios-Amor y no dudéis nunca de Su Amor. PRONTO OS DARÉIS CUENTA DE LA VERDAD DE ESTOS MENSAJES, PRONTO SABRÉIS QUIÉN SOY DE VERDAD!

Acogedme en vuestros corazones, oh hombres, no tengáis miedo de elegirme a Mí, vuestro único bien.
No dudéis más, el tiempo se ha acabado, estáis a punto de ser envueltos en las tinieblas y, si no estáis en Mí, no tendréis oportunidad de salvaros.
Los demonios se han extendido ahora por toda la Tierra, buscan robarme tantas almas como sea posible.

¡Mi Iglesia duerme!
¡Mis sacerdotes son como los borrachos!
Se regocijan en las cosas del mundo y ya no se abandonan a Mí. ¡Su vida es corrupta!
¡Su celebración de mí es blasfema!
Hijos míos, ahora reís, pero mañana lloraréis y estaréis desolados: ¡Pobres hijos míos!

Llamo a mi Iglesia al arrepentimiento, la llamo a respetar mi Ley.
Que los malhechores se arrepientan, porque Mi Brazo ya está sobre ellos, su condena será en su despedida de la vida.
No tengáis miedo de volver a mí, hijos míos, ¡Yo os estoy llamando a mí!
Es hora de volver a la Vida en plenitud, de romper con las cosas que no le pertenecen a ÉL.
¡El Cielo exige Justicia y la Justicia será ahora!
Los corazones de los infieles temblarán, los corazones alejados de Mí enloquecerán: ¿quién los salvará si no han querido reconocerme en sus vidas como su Dios Amor y Salvador?

De repente serán catapultados al tormento eterno, sus almas perecerán por su negación de Mí.

Estoy afligido, angustiado, abrumado por el mal que me hacen mis pastores en mi Iglesia.
¡No voy a esperar más!

Hijos míos, esperad a ver mi poderosa intervención, y no os burléis de mis profetas, condenándolos de blasfemia por este mi dicho, ¡ellos sólo cumplen mis mandatos!
Tened cuidado, oh vosotros, que os burláis de ellos y los ponéis de yugo, porque lo que hacéis a vuestros hermanos caerá sobre vosotros.
Me lamento de vuestros pecados, oh hombres, decid basta al pecado, apresuraos, antes de que descienda la oscuridad.
                   Dios Padre.