Un hombre musulmán interrumpió la misa en una iglesia francesa en los suburbios de París durante el fin de semana, atacando a un feligrés y gritando durante la liturgia.
El incidente tuvo lugar el domingo en la iglesia de Saint-Germain, en Saint-Germain-en-Laye, en los suburbios parisinos de Yvelines, en torno a las 18:50 horas, y en él se vio al hombre entrar en la iglesia en medio de la misa, justo antes de la segunda lectura.
"Entró y tiró sus pertenencias en un rincón. Había una mochila, llaves y un teléfono. Luego se puso delante del altar. Se arrodilló. Se tumbó. Nadie le prestó atención", dijo un testigo al sitio web de noticias Actu.
"Nos llamó hipócritas. Cristianos. Dijo que le hacían quedar como un bufón. Fue entonces cuando un hombre, bastante alto, se le acercó y le dijo que se fuera. El otro le preguntó si quería pelear. Fue entonces cuando se produjo el choque de cabezas. Otros intervinieron para controlarlo", añadió el parroquiano.
El testigo continuó diciendo: "Insultaba al vuelo. Acusó a la Iglesia de ser racista. Gritaba: ¡Satán ha entrado en mí! Hay que sacrificar a algunos... No quiero oír las palabras del sacerdote. También dijo que era el segundo hijo de Dios porque su sangre era la de Jesús. Todo ello mientras forcejeaba y escupía".
Durante el incidente, el sacerdote detuvo la misa temporalmente y después dijo a los feligreses que rezaran por el hombre, pero un testigo dijo que algunos tenían miedo de lo que el hombre pudiera tener en su bolsa.
Los temores no son injustificados, ya que el incidente se produce casi exactamente seis años después de la muerte del padre Jacques Hamel, que fue asesinado y parcialmente decapitado el 26 de julio durante la misa en una iglesia de Normandía por terroristas islámicos radicales que prometieron su lealtad al grupo terrorista Estado Islámico.
Este incidente tampoco es el primero en el que un musulmán o un enfermo mental entra en una iglesia y empieza a amenazar o a atacar a la gente en Francia este año.
En abril, un hombre fue detenido en Toulouse tras intentar presuntamente colocar un artefacto explosivo en la catedral de Saint-Etienne a los pies del altar de la catedral. Un mes después, un inmigrante ilegal argelino entró en la catedral de Metz el domingo por la mañana, justo antes de la misa matutina, armado con un cuchillo y gritando "Allahu Akbar", antes de que llegara la policía y lo detuviera.