Agradeced a mi Padre el don de la gracia de inmunidad contra los fuegos del infierno
24 de agosto de 2012
Mi querida hija quiero que pidas a mis discípulos que comiencen a recitar, diariamente, mis letanías de Jesús a la humanidad a partir de ahora.
Estas oraciones traerán grandes gracias y salvarán a todos aquellos que incluyas tus intenciones especiales para la salvación de sus almas.
Esta segunda oración, es en honor a mi Padre Eterno, que ama a cada uno de sus queridos hijos:
Apoyo mi cabeza en su hombro, le abrazo todos los días, para darle consuelo mientras se angustia por todas esas pobres almas que se le pierden.
Acudid a él, mis amados discípulos, y dad gracias a mi Padre por el don de su gracia de inmunidad frente a los fuegos del infierno a los que responden a su llamada.
Oración de la letanía de Jesús a la humanidad (2) por la gracia de la inmunidad
Oh Padre Celestial Altísimo
Te amo.
Te honro.
Señor ten piedad.
Señor, perdona nuestras ofensas.
Te adoro.
Te alabo.
Te doy gracias por todas tus gracias especiales.
Te pido la gracia de la inmunidad para mi amado
(nombra a todos en una lista para la salvación de las almas)
Te ofrezco mi fidelidad en todo momento.
Tú, Padre celestial,
Creador de todas las cosas,
Creador del universo,
Creador de la humanidad,
eres la fuente de todas las cosas.
Tú eres la fuente del amor.
Tú eres el amor.
Yo te amo.
Te honro.
Me presento ante ti.
Pido misericordia por todas las almas que no te conocen,
que no te honran,
que rechazan tu mano de misericordia.
Me entrego a ti en mente, cuerpo y alma
Para que las acojas en tus brazos, a salvo del mal.
Te pido que abras la puerta del Paraíso para que todos tus hijos puedan unirse, por fin, en la herencia que has creado para todos nosotros.
Amén.
Quiero que todos vosotros sepáis esto.
El amor que mi Padre Eterno tiene por cada uno de sus hijos está más allá de la capacidad de vuestro conocimiento.
Es cien veces, o más, más fuerte que el que un padre tiene en su corazón por su propio hijo en la Tierra.
Tan fuerte es el amor que Mi Padre tiene por sus hijos que ha hecho muchos sacrificios de los que no sois conscientes.
Su mano ha sido retirada de infligir muchos castigos que él planeó para castigar a sus hijos.
Su paciencia ha sido puesta a prueba más allá de lo soportable.
Ha ignorado los insultos que le han lanzado.
En cambio, quiere hacer que sus hijos vuelvan a él, no a través del miedo, sino a través del amor de aquellos hijos suyos que más le quieren.
Él confía en aquellos que tienen un profundo amor por él y por mí, su hijo, para que le ayuden a reunir a sus hijos perdidos para poder llevarlos a él.
Traed a todas esas almas cerca de vuestro corazón y ponedlas ahora ante el trono de mi Padre y, en su misericordia, os dará el mayor regalo de todos.
Él les concederá la salvación.
Llevad los nombres de las almas oscuras, incluso una lista de las que no conocéis, y pedid misericordia para sus almas.
Mi Padre espera, con amor en su corazón, vuestra generosa respuesta.
Venid.
No lo dudéis, porque este es el regalo más extraordinario del Cielo.
Vosotros, los de esta generación, estáis realmente bendecidos.
Vuestro Jesús
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