La agenda homo una prioridad pontificia
El papa Francisco vuelve a escribir al padre James Martin para apoyar su agenda homo.
(Roma) Francisco volvió a escribir al padre jesuita James Martin para apoyar su activismo a favor del movimiento homo. El jesuita estadounidense ya había recibido un correo del Papa el pasado mes de mayo.
La lista de gestos con los que el Papa Francisco reconoce la homosexualidad y la hace aceptable dentro de la Iglesia y en el conjunto de la sociedad es ya tan larga que una presentación exhaustiva desbordaría cualquier marco. Aunque Francisco dejó aparentemente intacta la enseñanza moral católica sobre la homosexualidad, (sin embrago, con el Sínodo de los Sínodos la sodomía dejará de ser pecado) cambió la orientación general de una manera que no se puede pasar por alto. La estrategia utilizada está a la vista: crear un hecho consumado, pero no hablar de él.
Una vez más, fue el propio destinatario quien hizo pública la noticia de haber recibido el correo del Papa. El jesuita estadounidense James Martin es el rostro más conocido de la agenda homo de la Iglesia desde 2017. Los movimientos de Francisco para reconocer la homosexualidad se remontan a julio de 2013, por lo que esta causa ocupa un lugar destacado en la agenda del actual pontificado. El padre James Martin fue designado por Francisco como consultor de la Curia Romana y se le encargó por primera vez el desarrollo y la coordinación de un programa dedicado al homosexo en el Encuentro Mundial de las Familias de 2018 en Dublín. Sin embargo, fue el Papa Francisco quien ya había enviado varias señales homófilas en torno al Encuentro Mundial de las Familias de 2015 en Filadelfia, acogiendo a una pareja gay pero distanciándose de Kim Davis, que se había negado a celebrar matrimonios homosexuales y tuvo que ir a la cárcel por ello, pero permitiendo que una estrella gay hablara en el escenario del Papa en el Madison Square Garden. No hay rastro de ayuda pastoral para que los afectados se liberen de la homosexualidad en la que se han enredado. El objetivo es diferente.
Tampoco es del todo cierto que Francisco aún no haya puesto la mano en el fuego en la enseñanza de la Iglesia. En la controvertida carta postsinodal Amoris laetitia, también abrió la puerta a la homosexualidad a la hora de acceder a la comunión, ocultamente (en el panfleto)
Sólo el pasado mes de mayo, el padre James Martin pudo publicar una carta de Francisco, en aquel momento incluso escrita a mano por el Papa. En él, el jefe de la Iglesia tronaba que "una Iglesia 'selectiva' es una secta". Estas palabras, dirigidas a un actor central de la agenda homosexual de la Iglesia, fueron otro llamado al reconocimiento de la homosexualidad. Francisco se aparta de las férreas leyes de la Iglesia que reflejan su sabiduría y conocimiento de la naturaleza humana: Se ignora el pecado y se le dice al pecador que no lo es en absoluto. Se deja de lado la dimensión del pecado y se centra en la "discriminación". El movimiento homo y el amplio espectro de la izquierda de los llamados movimientos "emancipadores" no son diferentes.
La nueva carta papal fue publicada por el padre James Martin el 2 de agosto en el sitio web de su organización homo Outreach. El jesuita ha prologado el comunicado con un breve prólogo:
"Unas semanas después de la conferencia LGBTQ de Outreach, celebrada en la Universidad de Fordham los días 24 y 25 de junio, enviamos al Papa Francisco una copia del folleto de la conferencia junto con una carta en la que se describía lo sucedido en la conferencia, especialmente los paneles de debate entre personas con diferentes puntos de vista. Esta mañana, para nuestra sorpresa, hemos recibido esta amable carta de respuesta fechada el 20 de julio, que puedes ver a continuación. Agradecemos al Santo Padre su aliento y sus oraciones".
Y aquí está la carta del Papa Francisco en su totalidad:
Vaticano, 20 de julio de 2022
Querido hermano.
Gracias por la carta que me enviaron hace unas semanas junto con el folleto "Outreach 2022". Le felicito por haber podido vivir el evento de este año en persona.
Soy consciente de que lo más valioso no es lo que aparece en los folletos y las fotos, sino lo que ocurre en las reuniones cara a cara. De hecho, la pandemia nos ha hecho buscar alternativas para llenar el vacío. También nos ha enseñado que hay cosas que son insustituibles, como la oportunidad de vernos "cara a cara", incluso con aquellos que piensan diferente o de los que las diferencias parecen separarnos o incluso enfrentarnos. Cuando superamos estas barreras, nos damos cuenta de que es más lo que nos une que lo que nos separa.
Os animo a seguir trabajando en la cultura del encuentro que acorta las distancias y nos enriquece con nuestras diferencias, como hizo Jesús, que se acercó a todos.
Te aseguro que estoy rezando por ti. No dejes de rezar por mí. Que Jesús te bendiga y la Santísima Virgen te cuide.
Con saludos fraternales,
Franciscus