Después de que 4 obispos le llamen hereje


María Ferraz


"Táctica bergoglio": tras haber recibido una corrección firmada por 4 obispos, numerosos curas, académicos, teólogos, profesores, blogueros etc, por su panfleto Desiderio desideravi ((en el que promueve la comunión sacrílega e indiscriminada, pues declara que para comulgar basta la fe y que todos pueden acercarse a la Comunión, contradiciendo subversivamente cánones y hasta el mismo Concilio de Trento, el cual tacha de semejante acción una herejía)), pocos días después, pretende disimular su apostasía con una pretendida devoción a la Eucaristía, para que los católicos reticentes a descartarlo como su Papa no acaben de despertar, afirmando que sueña con una reverencia a Jesús-Hostia que él mismo repudia descaradamente.

Podríamos hablar de sus errores gravísimos en los que ha invitado (siempre a través de agentes secundarios) a comulgar a los adúlteros y parejas de hecho (colocando en las Actas de la Santa sede la Carta de los obispos Buenos Aires en la que precisamente se permite eso, y ratificando dicha carta él personalmente). Pero ahora nos deja perplejos, pues resulta que ahora sí hay que arrodillarse ante el Señor presente en la Eucaristía.

Pero dígame, buen hombre, cuándo, en los 9 años de su `pontificado´ha doblado sus rodillas ante Cristo, ya sea en el sagrario, durante la consagración de la Misa o en la fiesta solemne de Corpus Christi, la cual lleva ninguneando cada año con más rabia. Por contra, sí ha prestado sumisión a emigrantes, delincuentes y políticos, -y no sólo en la Solemnidad de Jueves Santo-, lavando o besando sus pies ante las cámaras que harían llegar su gesto miserable de humillación al papado a todo el mundo.

No cabe duda de que el engaño y la hipocresía son el sello distintivo del pseudo Papa. Pobres de aquellos católicos que a estas alturas sigan creyendo que es el Vicario de Cristo.