Trevignano Romano 20 de septiembre de 2022
Queridos hijos, gracias por haber respondido a mi llamada en vuestros corazones.
Hijos míos, cómo me gustaría que la fe, el amor y la esperanza prevalecieran en todas las familias y todo fuera mejor, en lugar del demonio mentiroso que trae la discordia, la duda y la disputa.
Hijos míos, mirad a vuestro alrededor, la naturaleza se rebela, los volcanes se encenderán, la tierra temblará mucho.
Hijos míos, en la Iglesia fundada por Pedro ya no se reconoce a mi Hijo.
Siento vuestro dolor y os pido que lo dejéis en este bendito lugar, y yo intervendré.
Hijos míos, os dejo ahora con mi bendición maternal en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.