Pronto os pondréis las vestiduras blancas —Carbonia



Carbonia 01.10.2022 Ubicación en la colina

Vamos mis hijos sonreíd, sed felices...

Os miro hijos míos, mi corazón se ablanda, siento vuestro amor por mi Hijo Jesús, siento vuestro amor por Mí vuestra Madre celestial y por todo el Cielo.

Sois únicos hijos míos, sois grandes, sois la alegría de Jesús, sois la alegría de Dios Padre, el Espíritu Santo ya os envuelve en sí mismo.

Vamos hijos míos, sonreíd, sed felices porque vuestra vida en la Tierra en estas condiciones, se acaba aquí.

La nueva vida comienza para cada uno de vosotros, en un mundo nuevo, hecho de infinita belleza en las delicias del Padre.

¡Ah! Os miro hijos míos, os sigo mirando, todo el Cielo os mira.

Ya veo vuestros piececitos descansando en los prados nuevos, en la hierba verde, os veo abrazando a Jesús, vuestro Agua Viva. ¡Vuestra vida! Vuestra verdadera vida, vuestro todo.


Hijos míos qué felices me hacéis, hoy lloro lágrimas de alegría por vuestra fidelidad: pocos han podido seguir adelante en la misión en estas condiciones dándolo todo por la misión, por Jesús, ... por la Obra de Salvación.

¡Oh! ¡Qué hermosos seréis en el nuevo reino! Cuánto amor os dará Jesús: ... ¡seréis amor en Él!

Cuánto amor transmitiréis a vuestros nuevos hijos, a las nuevas generaciones, a un nuevo mundo que sólo os traerá una inmensa felicidad hijos míos, una inmensa felicidad en la infinita pureza de vuestro todo.

Jesús os está transformando hijos míos, poco a poco cambiaréis vuestra apariencia, tendréis una imagen mejor, más joven, tendréis los ojos de la Luz y seréis blancos en la luz.

Pronto os pondréis las vestiduras blancas, las que el Señor os dará para entrar en la nueva casa, en su nuevo Reino, a cada uno de vosotros, que seréis bautizados en el Espíritu Santo y en el fuego, se os darán las vestiduras para entrar en el nuevo Reino.

Contemplad, la felicidad eterna está cerca hijos míos, seguid luchando en estos últimos momentos de la vida en la Tierra porque pronto olvidaréis todo el sufrimiento:


entraréis en la nueva Casa de Dios con una gran alegría que os dará Jesús en la mayor recompensa por haber salvado a vuestros hermanos. Amén.