De Dios Padre, 14 de mayo de 2019:
Mis queridos hijos,
quiero recordaros la razón por la que os he dado un ángel de la guarda. Cada uno tiene un ángel santo desde el día en que fuisteis creados en el vientre de vuestra madre hasta que sois presentados a Mí para vuestro juicio personal después de vuestra muerte.
Te he dado este santo ángel, tu guardián, para que te proteja, te defienda y te guíe: para protegerte de los peligros de esta vida y de los errores que pueden llevarte a la muerte; para defenderte de los espíritus malignos de las tinieblas que quieren separarte de Mí para toda la eternidad; para guiarte en el camino de la observancia de Mis mandamientos de vida; y para rezar contigo y por ti de manera que te sugiera lo que es bueno, lo que es correcto, lo que siendo de verdadera justicia y amor de Mi Hijo, Jesús, moverá tu corazón y tu voluntad para seguirlo.
Mi tristeza consiste en que no pidas ayuda a tu ángel de la guarda. No rezas con él, ignoras su protección y la misión que le he encomendado para ti.
El tiempo está ahora a tu puerta, y sólo tu ángel de la guarda te guiará en el camino hacia un refugio, tu lugar seguro, el refugio que he preparado para ti, un refugio de Mi amor, que es del Corazón de Jesús, Mi Hijo Amado.
Reza a tu ángel de la guarda y a todas las almas del cielo. Una batalla aquí en la Tierra y en el cielo se abrirá pronto en este tiempo problemático al final de la Tribulación. Al final, el Triunfo de Mi hija, María, será tal y como te lo prometió.
Vuestro Padre (al P Rodrigue)