Lunes, 3 Junio 2013
Mi querida y amada hija, el azote que sufro en este momento no es sólo por la traición que me espera dentro de mi propia Iglesia, sino que tiene que ver con los falsos ídolos paganos que me sustituyen en el mundo de hoy.
El paganismo está creciendo muy rápidamente y es abrazado como una nueva cultura popular, una alternativa a la creencia en el único Dios verdadero.
Adopta muchas formas.
Lo más importante es que se presenta como una diversión inofensiva para los que se adentran en las prácticas de la nueva era y como una parte importante del desarrollo personal, una forma de humanismo y de amor a uno mismo.
Este paganismo global fue predicho para el final de los tiempos y para muchas personas no pueden verlo por lo que es.
Es un amor al yo y a los falsos dioses en los que muchos ponen su fe, por los supuestos beneficios mágicos que creen que ofrecen.
Muchos, que buscan diversiones para llenar el vacío de sus almas, lo hacen a través de la adulación de las estatuas de Buda, que se convierten en el centro de sus vidas, de sus hogares y de sus lugares de trabajo.
Se adormecen en una sensación de calma espiritual cuando practican el paganismo de la nueva era, como el yoga, el reiki y la llamada meditación.
Poco después, se sentirán atraídos por un profundo anhelo y seguirán creyendo en todas las falsas promesas hechas por los que practican esta abominación.
Porque esto es lo que es: una forma de ocultismo, que ciega a muchos millones de almas a la verdad de Dios.
Cualquier doctrina, de la nueva era o de otro tipo, que te prometa un gran confort espiritual y que esté diseñada para darte poder con medios egoístas, nunca podría venir de Dios.
Cualquier doctrina que dicte que honres tales estatuas, que no son de Dios, o donde se te pida que participes en prácticas que implican lo oculto, debe ser evitada a toda costa.
¿No sabéis lo que hacen a vuestra alma, vuestra mente y vuestro cuerpo?
Los destruyen.
Muchas almas se infestan con estas prácticas, que abren la puerta de tu alma y permiten que Satanás y sus demonios te devoren.
Estas -y no te equivoques- son prácticas poderosas, en el sentido de que atraen a los espíritus malignos.
El uso de las cartas del tarot, el yoga, el reikki y ciertos tipos de meditaciones, que abrazan prácticas paganas, te contaminarán.
Con el tiempo podréis enfermar y llenaros de una negra desesperación, ya que los espíritus del mal entran en vuestras vidas, de las que apenas se puede escapar.
Estos son los signos de las influencias satánicas en el mundo y muchos demonios vienen disfrazados de ángeles de la luz.
Por eso, quienes se obsesionan con las cartas de ángeles y aceptan a los llamados maestros ascendidos, dentro de esta cultura angélica, están abrazando al espíritu del mal, que se presenta como una diversión inofensiva.