Conf Episcopal instó al cardenal a la vacuna. Ahora ha muerto —Ghana



El cardenal Richard Baawobr, de 63 años, ha muerto, 92 días después de que Francisco lo nombrara cardenal.

Fue el primer superior general africano de los secularizados Padres Blancos (2010-2016) cuando fue nombrado obispo de Wa (400K católicos, 90 sacerdotes), Ghana.

A las 17.45 horas del domingo, fue trasladado en ambulancia desde la Casa Generalicia de los Padres Blancos al Policlínico Gemelli, donde su comunidad recibió la noticia de su muerte a las 18.25 horas.

La noticia es de marzo de 2021:

La Iglesia de Ghana, a través de un comunicado de la Conferencia Episcopal de Ghana, dijo que es imperativo que todos sus miembros consagrados, incluidos los sacerdotes, se vacunen en el marco del ejercicio nacional de vacunación en curso.

"Con la llegada de la primera remesa de 600.000 vacunas a nuestro país y las que se esperan más adelante, deseamos animar a nuestros sacerdotes, hombres y mujeres consagrados y a todos los fieles de Cristo, y de hecho a todos los ghaneses, a que aprovechen la oportunidad de vacunarse".

Los obispos han predicado que "la vacunación es un acto de buena vecindad que es una marca de los buenos principios cristianos".

"Cuando uno acepta la vacuna, no sólo se protege a sí mismo de contraer la enfermedad, sino que también protege a los demás al detener la transmisión", decía la declaración firmada por el Most. Phlip Naameh, Presidente de la Conferencia Episcopal.

A la vez que subraya la importancia de las vacunas en la lucha del país contra la pandemia del coronavirus, la iglesia aprovechó la oportunidad para disipar algunos mitos que han caracterizado el despliegue de la vacuna.


Dijo que las afirmaciones de que las vacunas podrían matar, infectar, cambiar el ADN humano, hacer infértil y que era un signo de la bestia son completamente falsas, añadiendo que "no hay nada de verdad en esta afirmación porque no hay nada demoníaco en la(s) vacuna(s)".

El comunicado de la Iglesia católica es uno de los muchos argumentos para reforzar la confianza del público en la seguridad y la eficacia de las vacunas, especialmente entre la comunidad religiosa.


"Debemos, por tanto, ver la llegada de la(s) vacuna(s) como una respuesta a nuestra oración y aprovechar la oportunidad de vacunarnos. Es nuestra ferviente oración y esperanza que muchos de ustedes se acojan a este ejercicio, ya que no podemos coaccionar a nadie para que lo haga", concluyeron los obispos católicos.


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