Buenos días Dr. Tosatti, ¿cómo está? Hace tiempo que no le escribo, quizá no le he dicho que vivo en Portugal desde hace cuatro años. Pero no por motivos fiscales como otros italianos tartados por un sistema fiscal injusto, no.
Decidí irme a vivir a Portugal porque la Virgen prometió (a Sor Lucía en Fátima) que 'en Portugal se observará siempre el dogma de la fe' (con un epílogo: si no aprueba la ley del aborto).
Dicho esto, ¿por qué le escribo? ¿Para invitarle a venir a Portugal? ¡De ninguna manera! Quédese ahí y luche, hoy hay necesidad de luchar.
Leyendo recientemente Stilum Curiae he seguido el intercambio de comentarios contradictorios y cada vez más innecesariamente polémicos sobre la historia de la renuncia del Papa Benedicto XVI.
También he leído un par de intervenciones de Mons. ICS y OM.
Ambos, más o menos, invitan a "los mejores cerebros de la inteligencia católica" a preocuparse más del papa sucesor que del papa renunciante y de las consecuencias de la sucesión más que de la renuncia. Y por ello nos invitan a analizar las consecuencias prácticas del Magisterio del sucesor de Benedicto XVI.
Estoy de acuerdo, aunque no entro en la discusión. Por respeto a quienes han expresado opiniones claramente contrarias. Sólo citaré 4 artículos aparecidos hoy en el diario italiano La Verità (los he leído porque estoy en Italia por las vacaciones de Navidad).
Para quienes deseen leerlos, estos cuatro artículos ocupan dos páginas completas en las páginas 16 y 17 del periódico. Cito los cuatro titulares y hago un comentario final. 1° Atacan la Navidad para quitar a Dios de en medio (por Silvana De Mari). 2° Las iluminaciones blasfemas de Bolonia que celebran el fin de la religión (por Fabrizio Cannone). 3° Reza en silencio delante de la clínica abortista: una mujer es detenida (por Valerio Benedetti). 4º Iglesias y belenes destrozados en Francia (por Matteo Ghisalberti).
Los títulos son elocuentes, el contenido aterrador. Pero me temo que sólo estamos al principio.
Tal vez alguien no lo haya entendido, pero gracias a la renuncia (verdadera o no, válida o no) de Benedicto y al nombramiento de Francisco (legítimo o no) se ha puesto en marcha un proceso acelerado e irreversible que verá unos próximos pasos en un futuro próximo, que podrían ser los siguientes (bien anticipados por los cuatro artículos citados anteriormente).
1° -En primer lugar, se intimidará y atemorizará a los fieles para que no acudan a los oficios religiosos, ni visiten los belenes, ni recen.
2°- Las iglesias se convertirán en gimnasios, declarando que las iglesias no son museos y deben estar "vivas" (no porque Cristo viva en el tabernáculo, sino porque se jugará al voleibol o al baloncesto o se darán clases de baile o se abrirá el fast food).
3° - después de las iluminaciones de Bolonia que dicen que el Cielo, el Paraíso o el Infierno no existen, sino sólo la mortadela, el zampone y los tortellini, se declarará de forma taimada que la iglesia ha comprendido por fin, gracias a la ciencia, que lo que se creía cierto hace 2000 años (o hace 1000 años o hace 300 años, etc.), era cierto precisamente hace 2000 años, (o hace 1000 años o hace 300 años, etc.), porque era necesario creerlo, pero hoy ya no.
El evolucionismo de la creación (según las ideas del jesuita Teilhard de Chardin) hace necesaria una revisión evolutiva del pensamiento, la cultura, la moral, la fe, etc.
En resumen, se explicará desde el púlpito que ya no podemos considerar verdadero lo que se consideraba verdadero hace siglos o milenios. Así que no más Navidad, no más Religión, no más iglesias sagradas, no más sacralidad de la criatura humana.
Porque considerar sagrada a la criatura no permite a la ciencia hacer su bien, como explicó también el gran y talentoso oncólogo Veronesi.
Basta de sacralidad entonces. Y, sobre todo, basta de Dios (como escribe Silvana De Mari). ¿No han comprendido que vivimos en pleno "transhumanismo"?
La renuncia de Benedicto (verdadera o no, válida o inválida) ha supuesto el principio del fin de lo sagrado. Esto es lo que cuenta.
Desde Fátima, en Portugal,
Pezzo Grosso