ONU inició el proceso para ilegalizar a la Iglesia Católica


La noticia es antigua, pero forma parte del plan del NOM para eliminar a Cristo, al que coopera bergoglio.

Nacido en Maldivas, Ahmed Shaheed (56) fue reelegido como Relator Especial sobre la libertad de religión o de creencias en 2019, después de completar su primer mandato que comenzó en 2016 

Hablamos de un informe de Naciones Unidas al que ha tenido acceso Hispanidad, (ver documento al final) fechado el 24 de agosto y elaborado por el Relator Especial sobre la libertad de religión o de creencias, Ahmed Shaheed. Los relatores especiales no son, propiamente, personal de la ONU, pero sí forman parte de los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos, el mayor órgano de expertos independientes del sistema de derechos humanos de la ONU.

Su labor consiste en investigar y supervisar situaciones de países concretos o cuestiones temáticas en todas las partes del mundo. En definitiva, lejos de ser anecdóticos, la ONU se sirve de los informes de los relatores para iniciar procesos de alcance planetario, por ejemplo, la ilegalización de la Iglesia católica.

Mejor aún: lo que busca Naciones Unidas es ilegalizar el cristianismo, que es más grave todavía.

Shaheed está muy preocupado porque hay “grupos de presión religiosos” que, según él, “participan en campañas que caracterizan a los defensores de los derechos que trabajan en la lucha contra la discriminación de género como personas “inmorales” que tratan de socavar la sociedad al propugnar una “ideología de género” que es perjudicial para los niños, las familias, la tradición y la religión”. Por cierto, en el punto 33 del documento, Shaheed habla de las “capacidades físicas” del hombre y la mujer, “supuestamente” diferentes por naturaleza. Sin comentarios.

En definitiva, el arma elegida por la ONU para ilegalizar el cristianismo es la ideología de género. Además, el relator se carga el argumento de que cada religión tiene sus propias normas internas, ya que por encima de ellas debe prevalecer la igualdad, como la entiende la ONU, naturalmente.

Un factor fundamental para llevar a cabo el propósito de Naciones Unidas es suprimir el derecho a la objeción de conciencia. ¿Por qué será? El documento lo admite sin tapujos: “El Relator Especial recuerda que el Comité de Derechos Humanos ha exhortado a los Estados a que velen por que las mujeres tengan acceso al aborto legal pese a que exista una objeción de conciencia del personal médico, que ha calificado como “obstáculo” al acceso (…), y ha sugerido que la objeción de conciencia solo debería permitirse, si es que se permite, a los proveedores de servicios médicos de manera individual”.

Como ven, no es ninguna broma y la determinación de Naciones Unidas es clara. Al final, el propósito de fondo sigue siendo el mismo: un poder global y una religión universal. Y el que se salga de ahí atenta contra la igualdad. El proceso ya ha comenzado.

Informe ONU del Relator Especial sobre la libertad de religión o de creencias

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