Sus padres la ofrecieron a Satanás —Diario de un Exorcista




Pobre Kate.  Recibe palizas y es agredida sexualmente todas las noches por una gran manada de demonios.  Se despierta regularmente con arañazos, moratones y símbolos demoníacos grabados en la piel.  Durante nuestras sesiones de exorcismo, los demonios la amenazan, la agreden y la asfixian. A medida que nos acercamos a la liberación total, vomita grandes pegotes negros, señal de que los demonios están siendo expulsados.

Ella no tiene la culpa de estar poseída.  Sus padres la entregaron a Satán al nacer, ya que ellos mismos se habían sometido voluntariamente al Mundo Oscuro.  La vida para Kate nunca ha sido justa.  Pero no la he oído quejarse de sus padres.

Entre sesión y sesión, especialmente después de un mal momento, voy a ver cómo está: "¿Cómo estás Kate?"  Su respuesta es siempre: "Todo bien, Padre".   Las sesiones de exorcismo son intensas y a veces brutales.  En medio de ellas, cuando vuelve en sí por un breve momento, le pregunto: "¿Cómo estás Kate?".  Ella siempre se recupera y dice: "Todo está bien, Padre".   Y así continuamos.  

Estos días, siempre que me encuentro un poco asediada por el Maligno o durante cualquier tipo de prueba, me encuentro diciendo espontáneamente: "Todo va bien.  Todo va bien".  Lo heredé de Kate.  Ella me inspira.


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