El trabajo, la mejor arma contra los enemigos del alma —Don Bosco




918. Convenceos de que el hombre ha nacido para el trabajo; y cuando se excusa de él, está fuera de su centro y corre riesgo de ofender a Dios. (BAC. 681).

924. Por trabajar se entiende cumplir fielmente con las obligaciones del propio estado. (IV, 748).

919. En mi Casa nunca faltará pan, pues la Divina Providencia proveerá; trabajo, porque cada uno desempeña el oficio de tres; paraíso, porque quien come de la Providencia y trabaja por Dios, tiene derecho a un pedazo de cielo. (XVII; 251).

920. El trabajo es la mejor arma contra los enemigos del alma. (I, 518).

922. Mis queridos jóvenes, en vez de sugerir penitencia o disciplina, os recomiendo Trabajo, Trabajo, Trabajo. (IV, 216).

923. Quien no se habitúa al trabajo desde la juventud, será por regla general un flojo hasta la vejez. (IV, 748).

925. Trabajemos constantemente en esta vida para salvar nuestra alma y muchas otras almas; ya descansaremos en la eternidad bienaventurada. (X, 9).

928. Mientras estemos siempre ocupados, nuestros asuntos andarán bien. (XII, 37).

933. No estéis nunca desocupados; si no trabajáis vosotros, trabajará el demonio. (XIII, 801-433).

935. Seamos ambiciosos, pero de salvar nuestra alma con sacrificio. (IX, 354).

936. Haced agradables las vacaciones, mas no estéis ociosos. (XIII, 433).

937. A quien no le guste trabajar, no es buen Salesiano.

938. Mientras los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora se consagren a la oración y al trabajo, practiquen la templanza y cultiven el espíritu de pobreza, las dos Congregaciones harán mucho bien; pero si por desgracia aflojan en el fervor y rehúyen del trabajo y aman las comodidades de la vida, habrá terminado todo, comenzará la decadencia, caerán por tierra y desaparecerán. (X, 651-2).

940. Trabajar con ahínco para preparar mejor nuestra salvación eterna. Este debe ser el fin de todo Salesiano y su continuo anhelo. (XVII, 176).

942. ¡Ánimo! Todo pasa, sólo Dios queda. Ama tu trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día. (P. M. l).

943. Si un Salesiano sucumbiese por exceso de trabajo, ganará otros cien para la Congregación. (XII, 382).

944. Nuestra Congregación os asegura: Pan, Trabajo y Paraíso. 

946. Ninguno entre a la Congregación con la esperanza de estarse con las manos en la cintura. (XIII, 424).

951. Sólo las buenas obras son las verdaderas riquezas que nos aseguran un puesto allá en el cielo. (XII, 328).

952. El dinero no puede llenar el corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es lo que produce la verdadera satisfacción. (I, 129).

954. Cada día se trabaja por el paraíso, los bienes de esta vida son transitorios, los del cielo son eternos. Asegúratelos. 



1000 MÁXIMAS DE DON BOSCO Recopiladas por el P. Rafael Sánchez Vargas, SDB