Unos quince jóvenes católicos de rito romano se arrodillaron el 21 de enero en la iglesia de Belle-Beille (Francia) para rezar el rosario durante una ceremonia ecuménica.
El obispo de Angers, Emmanuel Delmas, había reunido a varias confesiones durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, para promover la "apertura" y la "tolerancia". Pero cuando los católicos empezaron a rezar, el diácono Joël Caillé, que estaba presente, llamó a la policía.
El obispo Delmas declaró a los medios de comunicación que condenaba "enérgicamente" la oración. Según él, los jóvenes mostraron una "falta de respeto por la oración" y por el "carácter sagrado de la iglesia como lugar de unidad, paz y comunión", que evidentemente excluye a los católicos que rezan el rosario.
Una reveladora foto publicada en Ouest-France.fr muestra a jóvenes católicos arrodillados en una iglesia en medio de gente envejecida y secularizada.
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