El monasterio benedictino María Templo del Espíritu Santo de Pienza recibió una visita apostólica en noviembre. En febrero, Francisco impuso una nueva superiora y las unió por la fuerza a una federación monástica sin informar a las monjas del resultado de la visita.
Ahora, las monjas están contraatacando, según informan los medios de comunicación. El convento se fundó en Macerata (Italia), luego se trasladó a Holanda y finalmente se instaló en Pienza en 2017, acogido por el obispo de Montepulciano, Stefano Manetti. Algunas de las monjas pertenecían al Camino Neocatecumenal. La mayoría son jóvenes.
Monseñor Manetti fue nombrado obispo de Fiesole en julio de 2022 y su antigua diócesis quedó adscrita a Siena bajo el mandato del cardenal Lojudice. El Vaticano decidió la visita de noviembre antes de que llegara Lojudice.
El Vaticano nunca ha acusado a las monjas de ningún delito. Ellas apelan la represión y rechazan "cualquier acusación, incluso remota, de desobediencia y resistencia, a las órdenes de los superiores legítimos cuando mandan según la ley."
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