bergoglio y Jesús desnudo con Judas





¿Por qué hay un cuadro de Jesús desnudo asistiendo a Judas en el estudio de Francisco?

L'Osservatore Romano, el periódico del propio Vaticano, publicó como foto de portada una escandalosa pintura de Nuestro Señor en las propias dependencias del Papa.

Según el propio periódico vaticano L'Osservatore Romano, Francisco ha colocado una pintura de un Jesús resucitado desnudo atendiendo a Judas, el propio traidor de Cristo, detrás del escritorio del Papa en su estudio personal en el Vaticano.

En 2021, el periódico vaticano dedicó las tres primeras páginas de su edición del Jueves Santo a Judas y puso en duda, como ha hecho el Papa Francisco, la condena de Judas. Aunque Francisco ya ha sugerido varias veces que Judas no está en el infierno, esa noción choca directamente con declaraciones de papas anteriores y de Nuestro Señor mismo, que dijo de Judas que sería mejor para él que no hubiera nacido.

L'Osservatore Romano, que es aprobado oficialmente antes de su publicación, presentó como foto de portada una escandalosa pintura de un Jesús resucitado desnudo atendiendo a Judas. Y por si fuera poco, el editorial que lo acompaña explica que ese cuadro se inspiró en uno de los libros del Papa Francisco que sugería que Judas podría no estar en el infierno, y que el artista se lo regaló a Francisco, quien lo había colocado detrás de su escritorio en su estudio personal junto con una estatua de Jesús llevando a Judas como oveja descarriada.  


Ahora, odio decirlo pero, considerando el historial del Papa Francisco, no es tan sorprendente que tenga tal fascinación por Judas. Para muchos fieles católicos, parece que Francisco está traicionando al Cuerpo Místico de Cristo de la misma manera que Judas traicionó a Nuestro Señor.  


Que esta pintura esté detrás del escritorio del Papa y colocada en la portada del periódico del Vaticano es en sí mismo un escándalo. Andrea Monda, director de L'Osservatore Romano, explica en el editorial del diario vaticano que el cuadro se inspiró en el libro de Francisco de 2018 `Quando pregate dite Padre Nostro', en el que Francisco sugiere la salvación de Judas.  


No es la primera vez que Francisco impulsa la idea de que Judas pudo salvarse. En abril de 2021, hizo lo mismo en una homilía televisada en su capilla privada el Miércoles Santo, donde tuvo que leer ese mismo pasaje en el que Jesús dice que sería mejor que Judas no hubiera nacido.

"¿Cómo acabó Judas? No lo sé", dijo entonces el Papa Francisco.

Como sucede a menudo, el Papa Francisco deja que sus hombres de confianza hablen con más vigor que él mismo. En diciembre de 2021, uno de los aliados de mayor confianza del Papa Francisco en el Vaticano, el arzobispo Vincenzo Paglia, llegó a decir que todos los que dicen que Judas está en el infierno son "herejes."

Paglia, que es el Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, dijo el 10 de diciembre de 2020 que, "También debemos recordar que, para la Iglesia Católica, si alguien dice que Judas está en el infierno, es un hereje." 

En ese mismo discurso, Paglia afirmó que un sacerdote puede permanecer legítimamente junto a la cama de alguien que se somete a un suicidio asistido para "cogerle de la mano" y "acompañarle".

Sin embargo, la enseñanza de la Iglesia es clara sobre la condenación de Judas. El Catecismo del Concilio de Trento es muy explícito sobre este punto diciendo que Judas "perdió alma y cuerpo" y que su traición a pesar de su sacerdocio "le trajo la destrucción eterna." 

Además, el primer Papa, San Pedro, tenía claro que después de que Judas traicionara a Cristo tenía que ser sustituido como apóstol, mientras que después de la muerte de otros apóstoles no eran sustituidos.  

El teólogo Peter Kwasniewski explica bien este punto en un ensayo en Rorate Caeli 

El primer Papa argumenta que Judas, por su transgresión, se apartó del apostolado para siempre. Nótese que Judas fue el único apóstol cuyo lugar tuvo que ser ocupado tras su muerte. Cuando Santiago fue asesinado por Herodes (Hechos 12:2), Pedro y los demás no nombraron a otro hombre como sustituto de Santiago. Hubo sucesores de los apóstoles (¡y muchos más de doce!), pero ningún otro sustituto. En última instancia, todos los once originales junto con Matías dejaron este mundo en la muerte para convertirse en los cimientos eternos de la Jerusalén celestial: "Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos, los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero" (Ap 21:14). En pocas palabras, un apóstol que murió en estado de gracia es un apóstol para siempre, insustituible, que va a su recompensa como piedra fundamental perrmanente de la Iglesia. Esto solo puede significar que Judas, que tenia que ser reemplazado, murio en pecado y perdio su ministerio y apostolado para siempre. Fue "a su lugar", es decir, al lugar que le correspondía: el infierno. 



Pero apenas necesitamos acudir al Catecismo o incluso al primer Papa sobre esta cuestión cuando Nuestro Señor mismo ya ha sido explícito al respecto. Tres veces en las Escrituras, Jesús indica el destino final de Judas. En Juan 6:71, Jesús llama a Judas demonio. Dice: "¿No os he elegido yo a vosotros doce? Y uno de vosotros es un diablo". El versículo siguiente explica: "Ahora bien, se refería a Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste iba a traicionarle, siendo como era uno de los doce."  


En Juan 17:12, Jesús llama a Judas "hijo de perdición" en su oración a Dios Padre. "Mientras estuve con ellos, los guardé en tu nombre. A los que me diste, yo los guardé; y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que se cumpliese la Escritura." 

Y finalmente, en ambos Evangelios de Mateo 26:24 y Marcos 14:21, escuchamos a Jesús decir de Judas: "Más le valdría a ese hombre no haber nacido"  

Como reflexionó una vez el cardenal Avery Dulles al contemplar estos versículos en un artículo sobre el destino de Judas: "Si Judas estuviera entre los salvados, estas afirmaciones difícilmente podrían ser ciertas. Muchos santos y doctores de la Iglesia, entre ellos San Agustín y Santo Tomás de Aquino, han tomado como una verdad revelada que Judas fue reprobado." 

Por tanto, no presumamos nunca nuestra salvación. Más bien trabajemos en nuestra propia salvación con temor y temblor, como enseña San Pablo. Debemos practicar el autocontrol o, como dice San Pablo en 1 Corintios 9:27: "Castigo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo predicado a otros, yo mismo me convierta en un náufrago." 

El infierno no está vacío de almas humanas. Como Nuestra Señora de Fátima reveló a los tres niños de Fátima, hay muchas muchas almas que caen en el infierno como copos de nieve. Por eso, en esta vida se trata de ganar nuestra salvación eterna. San Pablo la compara con una carrera que tenemos que correr.

Así que corramos la carrera, luchemos la buena batalla. Esforcémonos por llegar al lugar donde estaba San Pablo justo antes de su martirio, cuando dijo (2 Timoteo 4): "Ya estoy listo para ser sacrificado, y se acerca el momento de mi disolución. He peleado la buena batalla, he terminado mi carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada una corona de justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a los que aman su venida."




trad por /religionlavozlibre de LifeSiteNews