Querido Tosatti, te adjunto el artículo de Matzuzzi, vaticanista de il Foglio. Y recojo las dos preguntas fundamentales que contiene: "- ¿Se puede criticar al Papa y su pontificado? - ¿La comunión con Roma es ahora opcional para los obispos?". Austen Ivereigh tuiteó el domingo. "La pregunta completa, sin embargo, debería ser si uno puede hacerlo públicamente y no íntimamente". Pero otra pregunta también es, "¿se puede NO evaluar al Papa y su pontificado? ¿Puede un católico de la Santa Iglesia Romana no usar su razón y su fe, aceptando todo lo que el papa dice y hace sin hacerse las preguntas apropiadas, si lo que el papa dice y hace es digno de un Vicario de Cristo? ¿O debe tácitamente aceptar todo y obedecer aún en contra de su propia conciencia, negando así su propio libre albedrío?
Las respuestas podrían ser: "para obedecer al Papa y vivir la propia fe, hay que utilizar el sentido crítico para evaluar sus enseñanzas, si son convincentes o no. Debemos hacer esto, no para hacer carrera, sino para ganar la vida eterna, viviendo el cristianismo en unidad de vida. Aquí "convincente" es una palabra apropiada. ¿Es convincente la enseñanza del Papa Bergoglio? Pregunto si lo que enseña es convincente, tanto desde el punto de vista religioso (según la doctrina católica) como desde el punto de vista racional. Pregunto si es convincente al confirmar cómo debemos vivir y trabajar por nuestra propia salvación y la de nuestro prójimo, así como por la llamada civilización cristiana. Creo que ésta es la verdadera cuestión: ¿es convincente?
También me gustaría hacer caso omiso de lo que dice y tuitea el Sr. Ivereigh, descrito por Matzuzzi como un "prestigioso" y "equilibrado observador". De Ivereigh casi nadie sabía de su existencia antes del nombramiento de Bergoglio como Papa. Que yo sepa sólo era conocido por un librito cuyo título era más o menos 'Cómo defender la fe sin levantar la voz'. que recuerdo en dos ediciones. La primera muy 'ortodoxa', anterior a 2013, es decir, al nombramiento de Bergoglio, la segunda, inmediatamente posterior a su nombramiento, totalmente tergiversada, escrita de rodillas, como suele decirse.
Me gustaría hacer caso omiso del carácter del Papa Bergoglio, su estilo, dictatorial, un poco arrogante, un poco aparentemente prepotente, ciertamente casi siempre confuso, etc. (cualidades perfectas para un pontífice jesuita y positivista ...). Hago caso omiso de ello, llegando incluso a estar dispuesto a reconocer que lo hace "de buena fe y con buenas intenciones". Precisamente por eso es lícito, o imprescindible, evaluarle y utilizar para ello el sentido crítico. Ciertamente, un católico no puede desobedecer al Papa, pero ¿puede hacer apostolado y evangelización sin remitirse al Magisterio del Papa? Quizás por eso el propio Papa pidió NO hacer evangelización para respetar la cultura de los no católicos. Pero cómo podríamos los católicos, y por tanto ser católicos, y por tanto hacer evangelización (que también prohíbe), si lo que haríamos es distinto de lo que dice el Papa. El interlocutor que nos escuchara nos diría inmediatamente (como me pasa a mí muy a menudo), que no estamos enseñando lo que enseña el Papa, a lo que debemos ajustarnos para no contradecirnos. Así que la respuesta más fácil a la pregunta "¿se puede criticar al Papa?" podría ser: no, no se puede criticar al Papa, sólo a Bergoglio. Pero es una respuesta endeble.
La fe no es un hecho predominantemente racional con la (esperada) intervención de la Gracia. La fe se demuestra y se deja percibir cuando hay amor. Pero el amor no puede ser confuso. ¿Nos ama el Papa Bergoglio? ¿Ama a su rebaño? ¿Lo hemos percibido? Sobre este punto tenemos derecho a ser críticos, o no. ¿O me equivoco?
Mons. ICS