Carbonia 29.03.2023
Amados hijos, revestíos de Mí, usando la misericordia.
He aquí que hemos llegado al tiempo predicho:
el huracán de la guerra se enfrenta a esta Humanidad sin sentido,
el mal reina por doquier,
todo se derrumbará,
el patrimonio del Estado caerá
y Mi Pueblo se verá sumido en una gran angustia.
Pueblo Mío, Yo Soy Aquel a Quien ahora veréis en la Gloria.
Venid, amados hijos, unid vuestras manos y uníos en oración porque se acerca la hora del despertar de las conciencias, se acerca la liberación de los hijos de Dios.
La gente está vagando por las calles de la Tierra sin un destino,
no fijan su mirada en Mí,
viven según las leyes terrenales
y no planean la salvación de sus almas.
El viento del Este sopla fuerte; una gran tormenta se desatará ahora sobre esta Humanidad;
¡Las naciones llorarán por no haber puesto fin a su orgullo!
En verdad os digo, oh Pueblo ingrato:
¿Con qué os revestiréis cuando ya no tengáis nada?
¡Vuestro sarcasmo hacia mí ha sido vuestra perdición!
El Ángel de la Paz estará entre vosotros, su mirada abatirá a los malvados y dará apoyo a los desdichados.
Se acerca el fin de un imperio malvado dedicado a la guerra y al derramamiento de sangre, ...
¡es el fin de un tiempo antiguo!
Un nuevo mundo se abrirá pronto al nuevo pueblo de Dios: los que le son fieles.
Mostraos capaces de enmendar vuestros caminos, ¡ahora, hijos míos!
No hay tiempo que perder.
Hay que elegir ahora.
No habrá mañana sin Mí.