Pon un motivo sobrenatural y te santificarás



353

Aconfesionalismo. Neutralidad. —Viejos mitos que intentan siempre remozarse.

     ¿Te has molestado en meditar lo absurdo que es dejar de ser católico, al entrar en la Universidad o en la Asociación profesional o en la Asamblea sabia o en el Parlamento, como quien deja el sombrero en la puerta?


354

Aprovéchame el tiempo. —No te olvides de la higuera maldecida. Ya hacía algo: echar hojas. Como tú...

     —No me digas que tienes excusas. —No le valió a la higuera —narra el Evangelista— no ser tiempo de higos, cuando el Señor los fue a buscar en ella.

     —Y estéril quedó para siempre.

355

Los que andan en negocios humanos dicen que el tiempo es oro. —Me parece poco: para los que andamos en negocios de almas el tiempo es ¡gloria!

356

No me explico que te llames cristiano y tengas esa vida de vago inútil. —¿Olvidas la vida de trabajo de Cristo?

357

Todos los pecados —me has dicho— parece que están esperando el primer rato de ocio. ¡El ocio mismo ya debe ser un pecado!

     —El que se entrega a trabajar por Cristo no ha de tener un momento libre, porque el descanso no es no hacer nada: es distraernos en actividades que exigen menos esfuerzo.

358

Estar ocioso es algo que no se comprende en un varón con alma de apóstol.

359

Pon un motivo sobrenatural a tu ordinaria labor profesional, y habrás santificado el trabajo.