Corea del N: una cárcel con 23 millones de personas

En ningún otro país los cristianos son tan perseguidos como en Corea del Norte.

Todo gira en torno al anterior "Gran Líder" Kim Il Sung quien murió en el 1994. Le siguió su hijo Kim Jong Il, quien gobernó el país con puño de acero y sólo permitía que se leadorase a él como dios. Junto con su esposa tenían el plan de erradicar a los cristianos, abriendo muchos campos de trabajos forzados donde los encarcelaron. Cuando Kim II Sung se murió en dic. 2011, se estima que 50 a 70 mil cristianos estaban presos bajo situaciones infrahumanas.


El actual gobernante, su hijo Kim Jong Un está formado para asumir el liderazgo con la misma firmeza y severidad que su padre y su abuelo. Absolutamente todo está basado sobre la mentira y engaño. Es digno de mencionar que hace unos 70 años, es decir antes del reino de esta dinastía, la capital Pyongyang tenía como sobrenombre la Jerusalén del Oriente, por tener unas cien iglesias, y en Corea del Norte unas 2000. Al poco tiempo, no hubo rastro de iglesias.

Los cristianos son considerados como los enemigos más peligrosos del régimen, porque adoran a otro Dios. Según un norcoreano: " Si eres cristiano aquí, tienes que tomar la decisión de estar dispuesto a morir por Cristo. Sin este compromiso, es imposible mantenerse fiel en seguirlo. Poseer una Biblia es suficiente para que detengan a alguien y a toda su familia y los encierren de por vida en una prisión o sean condenados a muerte”. Testimonios cuenta cómo los cristianos, bajo torturas crueles seguían ayudando con cariño a los más pobres.


Existe una pequeña iglesia oficial, pero en realidad no es más que un esfuerzo propagandístico de una libertad que no existe."


"Nos reunimos en grupos muy pequeños. Cubrimos los retratos de los líderes con un trapo y luego nos arrodillamos formando un círculo para orar por fuerza y perseverancia", comenta el contacto. Los padres les predican a sus hijos el Evangelio, sólo cuando son lo suficientemente mayores y sensatos como para no contárselo a nadie. En la clase se les pregunta si sus padres leen y esconden un libro negro, y si los niños lo afirman se quedan sin padres. El régimen creó un sistema que cada cual ha de denunciar al quien piensa distinto al gobierno, que sean hijos a padres y al revés, entre amigos y familiares, nadie está seguro ni puede confiar en nadie, hay traidores infiltrados desde el gobierno para encontrar a cristianos. La más leve crítica puede costar la libertad para siempre al ciudadano norcoreano.

Desde hace años una grave hambruna ha estado asolando el país y ha provocado una situación angustiosa. Las cosechas no son suficientes para alimentar a la población. Los huérfanos son a menudo llevados a hogares para niños, pero incluso allí, los cuidados y la alimentación escasean. Esto significa que muchos niños tienen que valerse por sí mismos desde una temprana edad, viven y mueren en la calle, no hay calefacción. Se estima que hay unos 6 millones con hambre extrema. El gobierno está en bancarrota total, pero siguen dando una imagen de grandeza con fiestas para la elite.

Gracias a Dios, los cristianos siguen creciendo, oremos por ellos:


· por protección, física, moral y espiritual, y alimento espiritual, Biblias, lideres, etc.
· que dependan de la dirección del Espíritu Santo para no ser descubiertos o engañados

· especialmente por los cristianos de los campos de exterminio· 
 . por los guardias, espías y otros que persiguen a los cristianos, que a través de su testimonio crean en el Señor.
· que el Señor intervenga poderosamente contra este gobierno y su régimen diabólico · 




El país sigue siendo una inmensa cárcel para sus 23 millones de habitantes . Altavoces repartidos en cada calle, plaza y edificio despiertan a la población con loas al líder. Todos los ciudadanos llevan un pin con la imagen de uno de los tres Kim. El gulag espera no solo a quienes critican al régimen, sino a los que no le muestran suficiente devoción. Corea del Norte es, de lejos, el lugar menos libre y políticamente más reprimido del mundo.

Los brotes de rebeldía son cortados de raíz, extendiendo un sistema de espionaje comunitario en el que todo el mundo espía a todo el mundo. Nadie se fía de nadie. Y la más mínima sospecha es denunciada, porque no hacerlo podría suponer el fin propio.

El resultado es que  la mayor parte de las cerca de 200.000 personas que están encerradas en los campos norcoreanos, según fuentes de la disidencia, probablemente nunca se opusieron al régimen. Han sido condenas por si acaso. 

Fuentes: El Mundo