LA ORACIÓN DEL OFRECIMIENTO DE VIDA Y LAS IMPACTANES PROMESAS DE LA VIRGEN, DADAS A SOR NATALIA MAGDOLNA
LA OFRENDA DE VIDA LO COMPENDIA TODO
He sentido gozo al ver cómo los fieles que se encontraban
en el templo hacían ofrecimiento de su vida movidos por el celo de mi
padre espiritual. Pensaba para mis adentros: ¿Lo estarán viviendo? ¿Es
suficiente entregarse una sola vez? ¿Lo recordarán luego? Entonces mi
Jesús me habló así:
–Si alguien, hija mía, no hace
sino una sola vez el ofrecimiento de vida, ¿entiendes, hija mía? una
sola vez, en un momento de gracia se encendió en su corazón el fuego de
amor heroico, ¡con esto selló toda su vida! Su vida, aunque no piense
conscientemente en ello, es ya propiedad de ambos Sagrados Corazones.
Para mi Padre no existe el tiempo. La vida del hombre está ante Él como
un todo.
Aunque uno haya hecho otro ofrecimiento, la ofrenda de vida por amor lo
compendia todo y está por encima de ellos. Esta será, pues, la corona,
el aderezo más precioso y el distintivo de su nobleza espiritual en la
Patria Eterna.
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO DE VIDA
Mi amable Jesús,
delante de las Personas de la Santísima Trinidad,
delante de Nuestra Madre del Cielo
y toda la Corte celestial,
ofrezco, según las intenciones de tu Corazón Eucarístico
y las del Inmaculado Corazón de María Santísima,
toda mi vida, todas mis santas Misas,
Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos,
uniéndolos a los méritos de tu Santísima Sangre
y tu muerte de cruz:
para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad,
para ofrecerle reparación por nuestras ofensas,
por la unión de nuestra santa Madre Iglesia,
por nuestros sacerdotes,
por las buenas vocaciones sacerdotales
y por todas las almas hasta el fin del mundo.
delante de las Personas de la Santísima Trinidad,
delante de Nuestra Madre del Cielo
y toda la Corte celestial,
ofrezco, según las intenciones de tu Corazón Eucarístico
y las del Inmaculado Corazón de María Santísima,
toda mi vida, todas mis santas Misas,
Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos,
uniéndolos a los méritos de tu Santísima Sangre
y tu muerte de cruz:
para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad,
para ofrecerle reparación por nuestras ofensas,
por la unión de nuestra santa Madre Iglesia,
por nuestros sacerdotes,
por las buenas vocaciones sacerdotales
y por todas las almas hasta el fin del mundo.
Recibe, Jesús mío,
mi ofrecimiento de vida
y concédeme gracia para perseverar en él fielmente,
hasta el fin de mi vida. Amén.
mi ofrecimiento de vida
y concédeme gracia para perseverar en él fielmente,
hasta el fin de mi vida. Amén.
JACULATORIAS DE ARREPENTIMIENTO
Jesús mío, ¡Te amo sobre todas las cosas!
Por amor a Ti, me arrepiento de todos mis pecados.
Me duelen también los pecados de todo el mundo.
¡Oh Amor misericordioso!,
en unión con nuestra Madre Santísima
y con su Corazón Inmaculado,
Te suplico a Ti perdón de mis pecados
y de todos los pecados de los hombres, mis hermanos,
hasta el fin del mundo!
en unión con nuestra Madre Santísima
y con su Corazón Inmaculado,
Te suplico a Ti perdón de mis pecados
y de todos los pecados de los hombres, mis hermanos,
hasta el fin del mundo!
¡Mi amable Jesús!,
en unión a los méritos de tus Sagradas Llagas,
ofrezco mi vida al Eterno Padre,
según las intenciones de la Virgen Santísima Dolorosa.
en unión a los méritos de tus Sagradas Llagas,
ofrezco mi vida al Eterno Padre,
según las intenciones de la Virgen Santísima Dolorosa.
¡Virgen María, Reina del Universo,
Intercesora de la Humanidad y esperanza nuestra,
ruega por nosotros!
Intercesora de la Humanidad y esperanza nuestra,
ruega por nosotros!
CINCO PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN PARA LOS QUE HACEN EL OFRECIMIENTO DE VIDA
1. Sus nombres estarán inscritos en el Corazón de Jesús, ardiente de amor, y en el Corazón Inmaculado de la Virgen María.
2. Por su ofrecimiento de vida, unido a los méritos de Jesús, salvarán a
muchas almas de la condenación. El mérito de sus sacrificios
beneficiará a las almas hasta el fin del mundo.
3. Nadie de entre los miembros de su familia se condenará, aunque por
las apariencias externas así parezca, porque antes de que el alma
abandone el cuerpo, recibirá en lo profundo de su alma, la gracia del
perfecto arrepentimiento.
4. En el día de su ofrecimiento, los miembros de su familia que estuvieran en el purgatorio, saldrán de ahí.
5. En la hora de su muerte estaré a su lado y llevaré sus almas, sin
pasar por el purgatorio, a la presencia de la Gloriosa Santísima
Trinidad, donde en la casa hecha por el Señor, se alegrarán eternamente
junto Conmigo.