*Marx, Lenin, Stalin y Mao: el cortejo histórico de la bestia

Mao Tse Tung
El cuarto Anticristo marxista, fue Mao Tse Tung, como resultado de la victoria del comunismo chino en la guerra civil contra los corruptos nacionalistas que se declaró mucho antes y se adelantó a la guerra mundial terminada en 1945; cuatro años después se fundó la República Popular China, que es el régimen actual. El método de Mao fue arrancar al minoritario pero fuerte catolicismo de China de la dependencia respecto de Roma, mediante la creación de una Iglesia patriótica sometida al gobierno comunista. La persecución china fue y es espantosa y consiguió que esta Iglesia patriótica cuente ya con una jerarquía y una organización cismática. Todavía está vivo ese comunismo chino y hay que estar muy atento a su desarrollo en estos próximos años. El Comunismo Chino suma 65 millones de muertos. (Cfr. El Libro Negro del Comunismo. Courtois Stéphane. Ediciones B. 2010).

Así pues todo líder marxista y comunista, es por tanto, un Anticristo objetivo; los más importantes, que en los años 30 se conocían como los sin Dios, Marx, Lenin, Stalin y Mao, forman parte y ocupan un lugar de honor en el cortejo histórico de la bestia. Su ateísmo era la clave de su ideario y de su estrategia de dominación mundial. Sus ideas, pese a la caída del Muro de Berlín, distan mucho de haber muerto, y se espera pronto un resurgimiento del comunismo – lo que Juan en el Apocalipsis llama “la herida mortal que recibe una de las cabezas de la bestia y luego revive” (13, 3) y que hará presencia violenta en Europa, y particularmente en Roma. Hablaremos de esto en otro artículo subsecuente.

Todas estas filosofías han socavado el cristianismo a través de un foco infeccioso que ha sido la perversión moral, donde sin duda el marxismo en su intento loco de arrancar la idea de Dios al hombre, lo priva del principal apoyo y fundamento de la moral, pues no puede concebirse una moral si no hay Dios o se está en contra de Dios. Cuando la fe decae la moral se esfuma. La ética no puede en la práctica – si se le priva de Dios – sustituir a la moral. Por eso el mundo le hace ya la cama al venidero último y personal anticristo. Pero primero la Iglesia deberá pasar un cisma horroroso que será la plataforma religiosa para su manifestación. Seguiremos con el tema.

 Luis Eduardo López Padilla, www.apocalipsismariano.com