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La Era De Los Dos Corazones

Apostoldo de la divina Maternidad 
Visión de Nuestro Señor con Su Sagrado Corazón expuesto:sagrado corazón
Jesús:  “Los Corazones Sagrado e Inmaculado han de ser la fuente constante de tu inspiración y el enfoque de tu oración. Esta es la era de los Dos Corazones y la manera en que deseamos ser venerados y honrados. La profundidad de esta devoción pasa desapercibida por muchos que andan buscando relacionarse con Dios en lo que ciegamente perciben sea alguna forma moderna, lo que no es más que un apocamiento del grado de santidad al que los hombres han de aspirar. Buscan solo relacionarse sólo en términos humanos, cuando Mi mandato es que sean perfectos,  incluso como Mi Padre Celestial  es perfecto. Esto requiere un tipo de amor sobrenatural, el cual se les ofrece en abundancia a través de la devoción a los Dos Corazones. Es por este medio que les será posible amar en forma similar a la que Mi Madre y Yo amamos y glorificamos al Padre.
Su naturaleza humana se ve exaltada por este medio, lo cual les permite, a su vez, ser más divinos que humanos en su amor. El amor, la reina de todas las virtudes, un amor ardiente, encendido por el Espíritu Santo, derramado sobre ustedes a través de estas poderosas devociones a los Dos Corazones. Ruéguenle al Espíritu Santo que venga a sus corazones por este medio y experimentarán  crecimiento en el grado de santidad que están alcanzando.
“El corazón de Mi Madre es su jardín celestial de especies perfumadas, la flor que adorna a la Santísima Trinidad con amor tan abundante. Mi Corazón es la fuente de este amor por ella y por ustedes que no les ha negado a ninguno que lo pida con confianza de niño a su Redentor, Quien les ama de manera infinita.
Así como el Espíritu Santo Nos une al Padre y a Mí en un amor más allá del entendimiento humano, así es de similar Mí amor y el de Mi Santísima Madre, en un menor grado, pero también infinito en naturaleza. Esto se debe a mi naturaleza doble como Dios y como hombre. Exhorto a todos a que amen de manera similar, conforme al grado de habilidad con que fueron creados. Aunque ninguno puede amar con la perfección de Mi Madre, están llamados, no obstante, a imitar este amor en la manera única y propia de cada cual, dándole así gloria a Dios de una manera única y preciosa, similar al amor de niños pequeños en su singularidad.
“Deseo derramar Mi Espíritu sobre la humanidad y salvarlos a todos de la destrucción y de las fuerzas del mal tan prevalecientes en el mundo de hoyNinguno excepto el que esté ciego espiritualmente, puede negar los males desenfrenados que dominan esta época. Mas, añoro a estas almas con un amor tierno y solícito. Ayúdenme a reconquistarlas. Ayúdenles a amarme con sus oraciones para la gloria del Padre del Cielo. Me son preciosas a pesar de sus pecados. Las llamo hacia Mí. Vengan, Mis pequeños, Yo soy su pastor, el pastor de sus almas. Síganme a Mí hacia su patria celestial donde encontrarán reposo y paz y gozo.
“Miren he preparado un banquete para ustedes y deseo que descansen a Mi mesa en la casa de Mi Padre. Allí viviremos unidos para siempre en gozo y paz. Amén.