Secuestrado por ISIS, sacerdote sobrevivió a torturas rezando el Rosario

El Padre Douglas Al-Bazi
El Párroco de la iglesia de San 
Elías en Erbil (Irak) a quien un día 
en mayo pasado, después de celebrar la misa y de camino a casa de
 unos amigos, dos automóviles le cortaron el paso para secuestrarlo. 
“Mi primer pensamiento fue: ‘Este es mi fin, me van a matar’”,
 recuerda el P. Douglas en entrevista concedida a ACI Prensa.
Le vendaron los ojos y le 
amenazaron con dispararle 
inmediatamente si miraba a sus
 secuestradores. Lo arrojaron al maletero 
de un auto y se lo llevaron a una casa
 donde estuvo encerrado por nueve 
días. “Sangraba muchísimo porque me 
habían dado muchos golpes en la cara 
con un martillo y con las rodillas”, relata 
hoy.
Me pusieron unas cadenas y unos 
grilletes. Allí pasé nueve días horribles”,
 recuerda y destaca que lo único que le 
consolaba en ese tiempo era rezar el
 rosario.

Los mejores rosarios de su vida

En ese tiempo, relata, pudo rezar los mejores rosarios de su vida con la ayud
de las cadenas, con los eslabones con los que lo tenían sujetado los 
secuestradores a los que aconsejaba durante el día y que lo torturaban por
 las noches. Nueve días en total en los que no recibió comida ni agua.
El secuestro fue sólo uno de los innumerables ataques que ha recibido 
porque además los grupos radicales lanzaron varios morteros mientras 
que él celebraba la misa. En otra ocasión pusieron una bomba en su parroquia
 y también le dispararon en la pierna.
“Nuestra comunidad se basa en cuatro puntos: Jesús, el Papa,
el Obispo y el sacerdote. Por eso, cuando quieren atacar
 comienzan por el sacerdote porque así atacan la base”, asegura.