María Simma habla sobre los ángeles custodios

—Se dice que todos tenemos un ángel. ¿Es eso cierto?
—Sí, todos tenemos un ángel custodio.
—Y cuando morimos, ¿este ángel se busca otro trabajo?
—No, no, viene con nosotros al purgatorio. Aunque mientras están allí, las almas no ven a su ángel custodio todo el tiempo.
—¡Oh! Entonces, ¿ha visto alguna vez al ángel custodio junto a la bendita ánima del purgatorio?
—No, eso no me ha pasado a mí, pero ellos siempre están ahí.
—Y cuando un alma llega al Cielo, ¿qué hace entonces su ángel?
—Su ángel se queda en el Cielo con ella. Los ángeles custodios solamente tienen la tarea de acompañar a uno de nosotros aquí en la tierra una vez.
—¿Todos los ángeles custodios tienen el mismo aspecto?
—No, no todos son iguales. Una persona de confianza que puede ver a los ángeles me contó que algunos son muy impresionantes y otros son más silenciosos. Estos últimos son los que acompañan a personas que sufren; su vestimenta es rojiza y llevan una banda alrededor de la cabeza, algo parecido a una diadema. Otros usan vestimentas blancas, son más alegres y llevan una corona; estos están al servicio de aquellos a quienes más se protege. Los ángeles de los pobres pecadores usan un rojo profundo, llevan corona en la cabeza y cruzan sus manos sobre el pecho a la vez que miran hacia el Cielo en apariencia de súplica.
—¿Cuál es la relación entre una bendita ánima del purgatorio y su ángel custodio?
—En ocasiones es una relación muy cercana; el alma del purgatorio ve a su ángel custodio y este le consuela y le protege de los ataques que pueda sufrir, a la vez que le guía y le enseña.
—¿Las personas aquí, entre nosotros, también ven y se comunican algunas veces con sus ángeles custodios?
—Sí, esto ocurre con más frecuencia de lo que se cree y debemos aceptarlo y protegerlo como una gracia enorme. Todos nosotros, cuando rezamos mucho, podemos llegar a conocer a nuestro ángel custodio.

—Cuando alguien sufre, por ejemplo, un accidente de coche en el que está seguro que le ha ocurrido algo extraordinario, la mayoría de las veces dicen que fue su ángel custodio. ¿Podría haberse tratado en cambio de un alma del purgatorio? ¿Cómo podemos distinguir entre uno y otra?
—Sí, podría haber sido una bendita ánima, pero existe una manera fácil de diferenciarlos. Si se trata de un alma del purgatorio, esa alma pedirá al mismo tiempo que se rece o se haga algo por ella. ¿Entiende? Siempre se trata de una relación de ida y vuelta. Con un ángel esto no es así. El ángel no necesita nuestra ayuda, mientras que Dios solamente permite que las almas se presenten cuando pueden pedir nuestra ayuda para su camino. Por lo tanto, si no hay una petición de oraciones de por medio, existen altas probabilidades de que se trate de un ángel.
—Entonces, si alguien no reza por las almas del purgatorio, las posibilidades de que se trate de un ángel son altas. ¿Todo aquel que desee tener protección extra debería, entonces, rezar por sus familiares difuntos?
—¡Sí, sí! Si lo hacemos, podemos estar muy seguros de que recibiremos una respuesta, porque el deseo que tienen de entrar en el Cielo con Jesús es muy grande. Un alma me dijo una vez que si antes de conducir un coche nos acostumbráramos a encomendarnos brevemente a la protección de las benditas ánimas del purgatorio y de nuestro ángel custodio, y usáramos agua bendita se reducirían en un 80% los accidentes de tráfico. ¡Un 80%! Eso llevaría a la quiebra a muchas aseguradoras y se reducirían los costes del seguro médico. Un porcentaje similar del resto de accidentes también se debe al mal.
—¿Nos protegen más los ángeles cuando se lo pedimos que cuando no lo hacemos?
—Sí, por supuesto. Nosotros solos, sin pedir su ayuda, no podríamos manejar la gran cantidad de situaciones impredecibles que pueden aquejarnos. Debemos pedirles ayuda e ignorar firmemente a quien diga o a quien enseñe implícitamente que los ángeles no existen. ¡Hasta eso se ha dicho en muchas iglesias modernas! Por otro lado, hoy en día se dicen muchas tonterías peligrosas sobre los ángeles y la mayor parte pertenece al ocultismo.
—¿Existen los ángeles negros? Y si existen, ¿quiénes son?
—Sí, existen. Son ángeles que cayeron con Satanás.