Francisco apunta hacia una enigmática “conversión del papado”

Una nueva concepción de gobierno eclesiástico

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La existencia de la Iglesia es una historia que se desarrolla de triunfo en triunfo en medio de un sinfín de ataques, persecuciones y odios provenientes de diferente pelaje, pero con una única cabeza, el enemigo infernal que alberga la fantasía de un día conseguir destruirla. Desde paganos a apóstatas, poderosos y pequeños, ilustrados y analfabetos, e, incluso, aunque duela decirlo, de los mismos hijos que más la debían defender, recibe la Santa Iglesia, injurias y golpes violentos. Ella, sin embargo, permanece como dice San Pablo santa e inmaculada (Ef 5, 26) brillando sobre las cataratas de odio que se le vierten encima.
La permanente capacidad de resistir a todas las tempestades se funda de la promesa de su Divino Fundador: “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mt. 16, 13)”.
Por eso, la doctrina que todos los herejes tienen en común es la negación de la autoridad papal. Quien ama y defiende al papado, permanece unido a la Iglesia, y quien rechaza este fundamento, se separa de la Iglesia y para marchitar sin solución.
Consecuencia de asunto tan vital es que la forma de ejercer el ministerio Petrino es un asunto que los Padres de la Iglesia y los papas han delineado con todo cuidado e exactitud. Esta doctrina sólida y clara está registrada a través de numerosos documentos del magisterio.
Si Francisco está queriendo: “sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle” y “queriendo opiniones de cómo debe ser gobernada la Iglesia”, le comunicamos que el proprio magisterio de sus antecesores tiene todas las respuestas… Aquí presentamos algunas. Y recordamos… a lo largo de la Historia, los que han querido distanciarse de una “centralización” y cambiar el modo de gobernar la Iglesia, fueron calificados de forma inequívoca… Cada lector, entienda. Entremos en el nuevo estudio del Denzinger-Bergoglio→