Portugal, contra la educación católica

Portugal retira la financiación al 50% de los colegios con concierto

Lola González
23 mayo, 2016 
Antonio Costa, primer ministro de Portugal. / EFE
Antonio Costa, primer ministro de Portugal. / EFE
Muchos de los centros que han perdido las ayudas públicas están vinculados a la Iglesia católica. Se calcula que la medida le costará al Gobierno portugués alrededor de 8 millones de euros. 
Después de la polémica aprobación del uso de los vientres de alquiler en el país, el Gobierno portugués vuelve a hacer surgir la controversia tras anunciar la retirada de financiación pública a 39 de los 79 colegios con los que existía concierto.
El gobierno del socialista Antonio Costa ha retirado la ayuda pública para nuevos ciclos al 50% de los colegios privados que recibían financiación estatal. Muchos de estos centros escolares que se han quedado sin concierto pertenecen a la Iglesia católica. 
El fin de los acuerdos y subvenciones estatales a colegios privados se hará definitivo durante el próximo curso lectivo 2016-2017, según han anunciado desde el Gobierno, al tiempo que se ha defendido que tan sólo se está aplicando la ley que obliga a financiar los centros privados en aquellas zonas en las que los niños no tengan acceso a un centro público.
La medida ha causado el estupor y la indignación en los padres y profesores de estos colegios y también en un sector de la población lusa que no entiende las razones que han llevado al gobierno a retirar la financiación pública que estaba acordada.
El portavoz de la asociación de colegios privados, Rodrigo Queiroz e Melo, ha asegurado que esta decisión le costará al gobierno portugués unos ocho millones de euros “entre subsidios de desempleo y la contratación de docentes para el sector estatal”.
Según los cálculos de las asociaciones que denuncian la medida, ésta afectará a más de 10.000 niños que perderán la plaza en su colegio y tendrán que trasladarse a otro centro. Asimismo, se calcula que alrededor de mil profesores perderán sus puestos de trabajo.
Queiroz ha calificado la medida de “irracional” y ha puesto de manifiesto sus consecuencias: “Van a cerrar decenas de centros y las consecuencias laborales son enormes”. El malestar ha cundido hasta el punto de que el primer ministro fue recibido en la ciudad portuguesa de Santo Tirso con abucheos, silbidos y gritos de “El Partido Socialista cierra colegios de calidad”. 
También ha intervenido en esta polémica el presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien se ha mostrado esperanzado con la posibilidad de lograr “diálogo” y “convergencia de posiciones” y ha pedido “una solución de sentido común” que pueda beneficiar a los alumnos y profesores que se verán afectados por los recortes.