Cómo sobrevivir en una parroquia modernista

 P. John Zuhlsdorf 


Hay abusos litúrgicos que hacen llorar

La oración es siempre la primera respuesta, pero quizás también la más pasada por alto.


Hay que rezar por los que han sido engañados por las promesas vacías de la experimentación litúrgica, para que vuelvan a la ortodoxia, y a un enfoque eficaz del culto.


Recemos por otros que han tenido que sufrir, a menudo durante muchos, muchos años, tantos intentos banales dirigidos a conseguir una misa "más relevante." En verdad, en medio de nosotros, hay algunos que han alcanzado la condición de mártires blancos por el dolor y el sufrimiento que han experimentado (por estos abusos modernistas estrafalarios).


Recemos para que los corazones de los sacerdotes jóvenes tengan el valor de enfrentarse a la difícil tarea de revertir los cambios imprudentes e injustificados, a menudo contra parroquias hostiles, cancillerías, o compañeros de sacerdocio.


Recemos para que lleguen más vocaciones.


Los Alcohólicos Anónimos tiene una oración que puede ser útil:


"Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia."


Si acabamos de llegar a esta nueva parroquia, seremos  percibidos como unos extraños  y es probable que quede reducida al mínimo nuestra capacidad para promulgar un cambio real en la lamentable vida litúrgica de la parroquia. 


Aún así, esta parroquia está probablemente (como tantas otras parroquias) deseosa de tener caras jóvenes y activas. Hablemos con el pastor para ofrecernos como voluntarios ya sea en la despensa de alimentos dependiente de la parroquia, haciendo alguna sustitución, o un poco de jardinería o limpieza etc. Nuestras sugerencias para alguna mejora litúrgica serán mejor acogidas si demostramos un interés en la vida parroquial.


Aumentemos el tiempo ante el Santísimo Sacramento, antes y después de la misa. Unamos nuestras oraciones con las de todo el Cuerpo Místico de Jesucristo,  las de sus antepasados ​​en la fe, con todos los santos que nos han precedido.


Es probable que entremos en contacto con otros católicos que están también descontentos con la situación actual de la parroquia. Si bien será importante construir buenas amistades con gente que piense como nosotros, será no asentarse como “cofradía no oficial de quejicas". Es posible que haya mucho de qué quejarse, pero hay aún más que hacer. Adoptar medidas positivas, con los demás, para hacer cambios. Más importante aún, tomar medidas positivas para crecer en santidad en nuestras vidas personales.


La santidad es la respuesta a todos los problemas con los que la Iglesia se enfrenta hoy en día. Cuanto más santos seamos, mejor seremos capaces de soportar las tormentas que vengan, y de reconstruir la Iglesia, ahora y en el futuro.