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¿El Jefe de Bergoglio?
El Hombre a quien el "Papa Dictador" obedece
En su reciente gran éxito The Dictator Pope, el autor pseudónimo Marcantonio Colonna argumenta convincentemente que detrás de la máscara del "Papa" gentil, misericordioso, humilde y siempre sonriente, hay de hecho un dictador despiadado que gobierna por medio del miedo, un hombre que es un "político manipulador y hábil auto presentador de sí mismo", según la descripción oficial del libro.
Como lo ha demostrado una y otra vez, el humilde "Obispo de Roma" sabe muy bien que ejerce todo el poder y la autoridad sobre la Ilesia del Vaticano II, sin responder ante nadie. Y, sin embargo, ¿podría ser que incluso Jorge Bergoglio acepte órdenes de una autoridad humana superior, por así decirlo?
El 21 de enero de 2018, el periódico italiano Corriere della Sera publicó una entrevista con el Gran Rabino de Roma, Riccardo Di Segni. Este es el hombre a quien Francis envió una carta inmediatamente después de su elección como "Papa" en 2013, diciéndole que espera "contribuir al progreso que las relaciones entre judíos y católicos" han tenido desde el Vaticano II.
En un momento de su conversación, el entrevistador Aldo Cazzullo le pregunta al rabino qué piensa del "Papa" Francisco. Esta es la respuesta que da el líder judío:
Él es un Papa que sabe escuchar. Le pedí que evitara mencionar a los fariseos como un ejemplo negativo, ya que el judaísmo rabínico deriva de ellos; y él lo hizo. Le pedí que no caiga en el marcionismo, y creo que tiene cuidado.
(Aldo Cazzullo, "Riccardo Di Segni: 'Migrazione fuori controllo. Vittorio Emanuele III? Era meglio dove stava prima'", Corriere della Sera, 21 de enero de 2018, nuestra traducción).
Traducción: A Di Segni le gusta Francisco porque hace lo que le dice. Al mismo tiempo, no está del todo claro cuándo Di Segni y Francis tuvieron su conversación sobre esto porque al menos desde el 9 de enero de este año, el "Papa" todavía estaba hablando negativamente sobre los fariseos, siempre, por supuesto, con el fin de avergonzar a los católicos sugiriéndoles que son como ellos.
En cualquier caso, Francisco suele salir de su camino para acomodar y honrar a los enemigos declarados de Jesucristo, tanto antes como después de su elección "papal". Solo necesitamos recordar su ocultamiento deliberado de su (parodia de una) cruz pectoral durante su visita con los jefes rabinos de Jerusalén; su afirmación apóstata de que los judíos de hoy siguen siendo el pueblo elegido de Dios; su organización de un "Día del judaísmo" en el Vaticano; su feliz unión al encendido de la menorá (candelabro) de Hanukkah en Buenos Aires; su respaldo al judaísmo talmúdico en una carta al rabino Abraham Skorka; su humillación de Jesucristo al usar Su crucifixión sagrada como el remate de una broma; su alabanza a la blasfema White Crucifixion de Marc Chagall como su pintura favorita; etc. La admiración de Bergoglio por aquellos que se enorgullecen de rechazar a Jesucristo es alucinante. Francisco incluso tiene una debilidad por el hombre que nuestro Señor llamó el "hijo de la perdición", Judas Iscariote.
¿Dónde están todos esos "conservadores" hablando en contra de todo eso, por cierto? No hay cartas abiertas, ni peticiones, ni protestas públicas, ni dubia, ni conferencias ... No, al parecer, tales cosas están reservadas sólo para los asuntos más "emocionantes" que involucran los Sexto y Noveno Mandamientos ... Cuando se trata del Primer Mandamiento, cuando se trata a los pecados de blasfemia, herejía y apostasía, la mayoría de estas personas están curiosamente en silencio. ¡Qué lástima!
Por cierto, en 1985, Di Segni había publicado el texto horrendo y blasfemo del Toledot Yeshu en su libro Il Vangelo del Ghetto ("El Evangelio del Gueto"). En 2001 fue elegido Gran Rabino de Roma, y, naturalmente, tanto los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI rindieron homenaje al hombre y su religión falsa. Que Francis lo haga no es menos razonable.
Entonces, señoras y señores, aquí es donde están ahora: el "Papa" denuncia rutinariamente a los católicos como "fariseos", y no se detiene, según los informes, hasta que un miembro de los fariseos reales se queja de que los hace quedar mal.